El sacrificio verdadero tiene que tener los dos ojos, las dos piernas, y no puede estar enfermo. No sirve que la persona suba al Altar solo con el sacrificio físico, y que no lleve el sacrificio espiritual. Como tampoco sirve que la persona suba con el espiritual sin llevar el físico. Si eso sucede, el sacrificio será cojo, enfermo o ciego, o sea, no será perfecto.
“Y cuando presentáis un animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Y cuando presentáis el cojo y el enfermo, ¿no es malo? ¿Por qué no lo ofreces a tu gobernador? ¿Se agradaría de ti o te recibiría con benignidad? —dice el SEÑOR de los Ejércitos.” Malaquías 1:8
El joven rico quiso dar el espiritual sin el físico, y no fue aceptado, en su sacrificio faltaba un ojo o una pierna.
“… ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.” Mateo 19:21-22
Simón, por su parte, ofreció solamente el físico, pero tampoco fue aceptado.
“Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero(…) Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero.” Hechos 8:18-20
¡Es vida por VIDA!
Elías no entregó solamente el becerro y el agua, colocó la propia vida en el Altar.
“Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, que no se escape ninguno de ellos. Los prendieron, y Elías los hizo bajar al torrente Cisón y allí los degolló.” 1 Reyes 18:40
Si Dios no le hubiese respondido, ¿quién habría muerto?
El FUEGO del ESPÍRITU SANTO solo va a descender si el sacrificio está sano, con los dos ojos y las dos piernas, no puede faltar nada, tiene que ser completo, el físico y el espiritual.