Tocó el manto y se sanó: “la displasia ya no está y los quistes se disolvieron”
“Yo tenía displasia mamaria. Tenía que tomar pastillas de por vida. Además, tenía quistes en los ovarios. Eso me producía dolores y hemorragias. Me habían recetado pastillas para eso también. Todo eso me causó depresión, yo no quería depender de los medicamentos. Mi tía me invitó a venir a la iglesia. Yo me rehusaba, pero un día me acerqué. Vi una oportunidad para sanarme, entonces toqué el manto con fe. Cuando me hicieron los chequeos nuevos, la displasia ya no estaba y los quistes se habían disuelto”.
Tenía problemas económicos y familiares, pero encontró la solución
“Crecí en la miseria y cuando fui adulto, pasé por lo mismo. Eso me trajo problemas en el matrimonio, había infidelidad y peleas. Tenía problemas de salud, me decían que era psicológico. A mi esposa le pasó lo mismo y terminó internada. Un día, recibimos una invitación para venir a la iglesia. El primer día que llegué sentí alivio. Toqué el manto con fe y Dios transformó mi vida. Mi matrimonio se restauró y ahora tengo mi propia empresa. Antes pedía prestado, ahora tengo personas que trabajan para mí”.
Si los problemas no lo dejan en paz y quiere ser libre de los tormentos espirituales, participe de la Reunión de Liberación a las 8 h, 10 h, 12 h, 16 h y 20 h, en la Universal más cerca de su domicilio.
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