El Viernes Santo es una fecha significativa para los cristianos, porque recuerda el juzgamiento, la pasión, la crucifixión, la muerte y la sepultura de Jesucristo.
Las horas de dolor vividas por el Señor Jesús en la crucifixión dividieron la historia de la humanidad, pues a pesar de que muchos imaginaron la escena de sufrimiento y se entristecieron, el hecho expresó el infinito amor de Dios por los seres humanos, que entregó a Su único hijo amado, para morir en nuestro lugar.
Aquel día, la Biblia dice que la tierra se estremeció, se rompieron las piedras, los sepulcros se abrieron y los muertos resucitaron. En fin, lo imposible se hizo posible.
Eso muestra que el sacrificio hecho por Él en aquella cruz nos da el derecho, por medio de la fe, a una vida de calidad, de paz y armonía. Allí en la cruz, el Señor Jesús no fue derrotado, por lo contrario, Él venció al diablo y a todo el infierno, librando de la angustia y el dolor el alma de aquellos que Lo aceptan.
Por eso, aquel que cree, de hecho y de verdad, en Él, jamás aceptará una vida de esclavitud y sufrimiento, pues Él ya pagó el precio en nuestro lugar. Como dijo el profeta: “Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Su llaga fuimos nosotros curados.”, (Isaías 53:5)
Viernes a las 9, 18 y especialmente a las 15h en Av. Corrientes 4070 – Almagro y en todas las Iglesias Universal del país.
[related_posts limit=”17″]