Parte 2 de 7 – vea la parte 1 aquí.
Pon guarda a mi boca, oh Señor; guarda la puerta de mis labios. – Salmo 141:3
¡Ah! nuestra lengua! El poder de conquistar un corazón y de partirlo está en ella. La palabra correcta puede garantizar al pretendiente un segundo encuentro. La palabra equivocada puede significar que él nunca tendrá el privilegio de la compañía de aquella persona nuevamente. Una historia que coloqué en mi blog recientemente ilustra bien este poder. El hijo le preguntó al padre:
– Papá, ¿cómo comienza una guerra?
– Hijo mío, es así: supongamos que la Argentina invada nuestra frontera.
– ¡Eh hombre! No le enseñes algo así al niño. Argentina nunca haría eso. Es más, tenemos óptimas relaciones ahora, con el Mercosur.
– Pero mujer, es solo una suposición…
– Pero es una suposición tonta. No tiene sentido.
– Mujer, cállate la boca. Eso es solo un ejemplo…
– Cállate la boca tú, pues eres tú el que está diciendo tonterías.
– ¡Ya estoy perdiendo la paciencia, mujer!
– ¿Qué? ¿Me estás amenazando? ¿Piensas que te tengo miedo?
– Mujer… yo…
– ¡Listo, papá! ¡Listo! Ya sé cómo es que comienza una guerra.
La Biblia llega a decir que quién no tropieza en el hablar es perfecto (Santiago 3:2). Piense en eso. ¿Qué ha dicho o ha dejado de decir que ha hecho su vida imperfecta? Cinco consejos para vigilar su boca:
1-No diga todo lo que viene a su mente. La sinceridad tiene un límite. Diga solamente lo que piensa, pero no es necesario que diga todo lo que piensa.
2-Multiplique ese cuidado por diez en el momento del enojo.
3-No use mensajes de texto (SMS, e-mail, WhatsApp, etc.) para comunicar o discutir temas sensibles. Es fácil general malos entendidos. El viejo cara a cara es mucho mejor.
4-Lo que sea necesario decir, dígalo. Mida sus palabras, pero dígalas, no las guarde. No sirve pensar después “Yo debería haber dicho esto o aquello”.Coraje.
5-Sin duda, espere y madure sus ideas antes de hablar.
Esta es la segunda parte de la meditación de 7 días en el Salmo 141. Si usted quisiera hacerlo desde el comienzo, empiece aquí.
1-Lea en su Biblia el Salmo 141 y medite en sus palabras esta semana
2-Hágale un pedido a Dios por su vida sentimental (u otra área más urgente) temprano en la mañana, todos los días por siete días comenzando hoy
3-Sea específico en lo que pide; escriba su pedido en un papel y déjelo dentro de su Biblia, en el Salmo 141
4-Visite este blog diariamente en los próximos siete días y lea los mensajes correspondientes
5-El 7º día (26 de marzo), lleve su pedido hasta la conferencia de la Terapia del Amor más cercana a su casa y entrégueselo al responsable
Vamos a hacer este propósito juntos. Hágalo exactamente como fue orientado. Tenga fe de que su pedido será atendido.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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