En esta noche de viernes, Dios nos dio un mensaje especial a través de la vigilia “Después de Estas Cosas”.
Escuchadme, vosotros que conocéis la justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis el oprobio del hombre, ni os desalentéis a causa de sus ultrajes. Isaías 51:7
Quienes conocemos a Dios y practicamos la justicia, no debemos ponerle atención a las personas que están desviadas.
La Ley de Dios no se encuentra solo en la boca o en los ojos, sino en el corazón; eso significa que la estamos viviendo.
No debemos dar importancia cuando somos humillados o burlados ni seguir los malos ejemplos de la gente.
Si no nos entregamos por completo al Espíritu Santo, no habrá transformación total en nuestro corazón.
El miedo y el desaliento se vence escuchando la Palabra de Dios.
Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará. Juan 12:26
Todos podemos servir a Jesús, solo basta seguirlo y hacer Su Voluntad; no debemos influenciarnos por la multitud.
No basta con solo ir a la iglesia, sino que, para que ocurran los mayores milagros, hay que alimentarse de la Palabra.
La condición para que uno beba del Espíritu Santo, está en que uno crea.
Después de estas cosas la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo:
No temas, Abram, yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande. Génesis 15:1
Quien tiene certeza de su Salvación, no se vende a las cosas del mundo; esas cosas son pasajeras, mientras que lo espiritual es Eterno.
No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrasador ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a manantiales de aguas los conducirá. Isaías 49:10
Si seguimos a Dios, Él no permitirá que pasemos hambre ni sed, siempre nos estará protegiendo.