Casi con un mes de vida, fue abandonado por su madre y llevado al hogar Sagrada Familia, en el barrio de Parelheiros, zona sur de la capital paulista.
La historia de Miguel no es la única. Un estudio realizado en 2014 por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sobre el mapa de la violencia contra niños y adolescentes de Brasil, muestra que aproximadamente 46 mil niños o adolescentes viven en hogares públicos.
El estudio también revela que, en los últimos dos años, el país registró casi 27 mil casos de abandono o negligencia, y 61% corresponden a niños menores de 4 años.
Crecer sin las comodidades de un hogar y el amor de una familia, es algo doloroso. Pero, muchos que pasan por eso, logran superar esas dificultades gracias al amor y al cariño que reciben de las personas que los rodean.
Sabiendo esto, aproximadamente 10 integrantes de la Fuerza Joven Universal del barrio de Río Bonito, zona sur de San Pablo, fueron al hogar donde el recién nacido Miguel está, para llevarle a él y a los demás niños que viven allí, un poco de atención y diversión. Aparte de los juegos que se realizaron, los voluntarios contribuyeron con kits de higiene personal, juguetes y golosinas para los pequeños.
Para Jana de Lima, una de las voluntarias presentes en la visita, hacer algo por estos niños es mostrarles que existe esperanza de ser feliz, aun después de un abandono.
“Ellos siempre nos reciben con alegría en el rostro, nos abrazan, quieren atención, cariño y hasta conversar. Ver que los niños tienen motivos para dejar de sonreír y aun así continúan sonriendo, hace resplandecer en nuestro interior, paz. Todo esto es llevar esperanza, mostrar que existe una luz”, concluye.
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Si usted desea conocer mejor el trabajo realizado por la Fuerza Joven Universal, acérquese a la Universal. Para saber la dirección de un templo cercano a usted ingrese aquí.
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