En el ajetreo de la vida cotidiana, las personas no se preocupan en elegir bien las palabras antes de comenzar una conversación. La psicóloga Clara Campos Mota dice que hay esposas, por ejemplo, que tratan de comunicarse con sus maridos como si quisieran transmitirles sus pensamientos sin expresarlos con palabras. “Claro que eso no funcionará. Debemos facilitar la conversación en vez de complicarla. Si tiene que pedir algo, debe hablar con gentileza, exponiendo todo de forma clara, objetiva y no como si fuera telepáticamente”, orienta.
Ponerse en el lugar del otro es primordial cuando se pretende comenzar un diálogo y, por lo tanto, llegar hacia su marido con acusaciones o no tener un enfoque en el mensaje, posiblemente hará que él no la escuche adecuadamente, sobre todo porque es un hombre quien está del otro lado de la conversación. “Los hombres no pueden prestarle atención a dos actividades al mismo tiempo. Por eso, cuando están ocupados con otros quehaceres, difícilmente escuchan a las mujeres”, advierte la psicóloga.
Sin intentos
Ser escuchado es una necesidad básica del ser humano. En una relación, cuando no es posible suplirla, llega la frustración, la falta de atención y, consecuentemente, las peleas y una posible separación. Esto fue lo que le sucedió a María Aparecida dos Santos Silva, de 40 años, (Foto al lado) que está casada hace 19 años.
Debido a una traición de su marido al comienzo del matrimonio, ella, que era una esposa dedicada, dejó de tratarlo bien como lo hacía antes. “Cuando supe que su ex mujer había quedado embarazada de él, comencé a penalizarlo por lo sucedido, humillándolo verbalmente”, cuenta.
Un tiempo más tarde, cuando las peleas parecían haber terminado, su marido comenzó a trabajar mucho, y esto hacía que María se quejara de la falta de atención de parte de su esposo. “Él trabajaba hasta la noche y siempre me decía que no tenía tiempo para escucharme” Ella comenzó a hacer lo mismo, insistiendo en recibir primero la atención de su marido, en vez de ofrecerla. “No lo entendía y comencé a dejar de respetarlo aún más. Antes de que él llegara, alrededor de las 23 h, yo bebía un poco de vino para que, cuando él llegara, me encontrara durmiendo y así evitáramos conversar”, recuerda.
A pesar de estar frustrada, ella no se preocupaba en tratar de expresarle a su marido sus necesidades en los momentos en los que estaba en casa. “Yo quería programar para que hiciéramos cosas juntos pero como él decía que no tenía tiempo, ni me molestaba en saber su opinión para, por ejemplo, planear un paseo. Entonces comencé a salir sola y terminé interesándome por otra persona”, cuenta.
Por el distanciamiento llegó la separación. Pero, algunos meses después de la ruptura, su marido comenzó a participar de la “Terapia del Amor” en la Universal y, por eso, decidieron reconciliarse. En seguida, María también comenzó a participar de las reuniones y a poner en práctica lo que aprendía. “Comprendí que debía expresarme de forma inteligente para lograr que me escuche, y aprendí a tratarlo mejor. Él comenzó a escucharme y a ser más atento y comprensivo”, declara María.
¿Qué le parece si expresa lo que quiere?
Hay momentos adecuados para comenzar un diálogo, dar una opinión y desahogarse. No es inteligente hablar directamente con otra persona sin preguntarle primero si el momento es propicio o si está ocupada. “Se debe optar por momentos en los que ambos estén relajados. No debe, por ejemplo, discutir sobre la relación o pedir una opinión un día viernes que su marido llega cansado del trabajo”, advierte la coach Viviane Soares.
Si usted tiene dudas sobre cómo debe elegir bien las palabras al expresarse, hágale preguntas a su marido y pídale que él le confirme lo que entendió. Pero, para esto, usted debe ser clara y posicionar lo que quiere, principalmente porque los hombres son muy objetivos. “Muchas mujeres tienen dificultades en pedir lo que quieren. No deben dar vueltas con respecto a lo que deben decir, sino terminan perdiéndose en la conversación”, recomienda Viviane.
Invierta también en gestos y actitudes. Está mal pensar que la comunicación solo surge con palabras. Por el contrario, la misma puede ocurrir a través de otras maneras de expresión, como un abrazo, una sonrisa, un favor, un agradecimiento. Pensar en acciones que hacen que se comuniquen, incluso sin palabras, demuestra aprecio y afecto por la otra persona.
Por lo tanto, para que pueda ser escuchada adecuadamente, debe comenzar a actuar de manera diferente, no trabarse con las palabras, ponerse en el lugar del otro, ser directa, y siempre debe asegurarse deque él esté enfocado en usted mientras esté hablando.
¿Cómo hablar y ser escuchada?
*Pregúntele a su marido cuál es el mejor momento para que pueda hablar con él. De esa forma, él no estará ocupado sino que estará disponible para escucharla.
*Avísele si lo que quiere saber es su opinión o si quiere desahogarse con él. Los hombres quedan satisfechos cuando pueden vislumbrar lo que tendrán que escuchar.
*Si fuera a desahogarse, dígale que necesitará su atención solo por diez minutos. Él estará siendo desafiado por el tiempo (a él también le gusta eso).
*En el momento acordado, exprese lo que quiere de una manera clara y objetiva, sin vueltas o suposiciones.
*Después de que haya dicho todo, espere y escuche lo que él tiene para decirle, sin interrumpirlo. No replique su punto de vista antes de que él haya terminado de hablar. A ningún hombre le gusta que lo interrumpan.
*Cuando él termine de hablar, si lo desea, hable usted de nuevo. Para identificar si realmente él terminó de hablar o si solo dio una pausa, cuente hasta 30 mentalmente.
*Al final, agradézcale a él el hecho de haberla escuchado. De esta forma, su marido quedará satisfecho por haber podido suplir su necesidad, prestándole la atención que usted necesitaba.
Fuente: Margareth Signorelli, coach.
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