La historia del joven rico, relatada en la Biblia, es una de las más conocidas y también más conmovedoras. El mensaje contenido en ella es tan importante que Dios se aseguró de dejar el diálogo entre Jesús y ese joven, registrado:
“Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la Vida Eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” Mateo19:16-22
¿Y si en vez de darle la espalda e irse él hubiera aceptado de buena voluntad el consejo del Señor Jesús y donado la mitad de sus riquezas a los pobres?
Difícil, ¿no es cierto?
Si en aquella época ya era difícil, imagínese en los días actuales, en los cuales el apego a los bienes materiales está aún más acentuado.
Un “joven rico” diferente
Aquel joven rico no fue capaz, pero fue exactamente lo que Jesús pidió lo que hizo un norteamericano de 30 años. Y para tomar esa decisión, el millonario Christopher Catrambone (Foto de abajo con su esposa) no necesitó encontrarse con Jesús y escuchar una propuesta. Fue suficiente encontrarse con la realidad de miles de refugiados que huyen anualmente de África y de Medio Oriente y terminan muriendo ahogados al intentar atravesar el mar en búsqueda de la protección en Europa.
Sensibilizado por la realidad de estas personas, Christopher decidió destinar la mitad de su riqueza para crear una organización no gubernamental (ONG), con el fin de proporcionar ayuda y rescatar a esos refugiados.
Al contrario del joven rico relatado en la Biblia, que estaba apegado a sus riquezas y las consideró más importante que su propia Salvación, Christopher demostró total desprendimiento de ellas, considerándolas solo como un instrumento para beneficiar a personas que ni siquiera conoce.
Él podría haberse mantenido indiferente al destino que esas personas tendrían y simplemente haber continuado con su vida, disfrutando su riqueza y beneficiando únicamente a sus seres queridos. Pero eligió darle importancia y hacer algo por ellos.
Y usted, ¿cómo ha actuado y reaccionado, diariamente delante del sufrimiento ajeno?
Recuerde las palabras del Señor Jesús:
“Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.” Lucas 6:31
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