Cada vez que Abraham levantaba un Altar para Dios y presentaba el sacrificio que Dios le pedía, escribía con la tinta de ese sacrificio, la sangre, un capítulo de la historia de Dios en su vida.
Abraham era un hombre que siempre estaba levantando altares y cada vez que lo hacía, la sangre de ese sacrificio escribía una nueva historia.
Sin embargo, ¡la historia solo se completó cuando Le dio a Isaac! ¡Es muy fuerte!
Él había hecho muchos sacrificios, pero faltaba el más fuerte. Abraham no tenía hijos y Dios le había dado uno, pero ahora se lo pedía.
Solo entonces se completó la historia.
Fue solo cuando él Le dio a Isaac que Dios dijo: “No extiendas tu mano sobre el muchacho, y no le hagas nada, porque ‘ahora sé’ que Le temes a Dios, y no Me has negado a tu hijo, a tu único.” Génesis 22:12
Dios le dijo ahora sé porque ese fue su sacrificio máximo. ¿Cuántos hay cuya vida hasta “ahora” no cambió porque no dieron lo que Dios les pidió, y por eso Él no es visto en su historia de vida? ¡El historial de problemas sigue siendo el mismo! ¡Es siempre la misma historia!
Por eso no es solo tomar el sobre porque otros lo hacen, ¡tiene que ser algo entre la persona y Dios!
¡Vamos a arrancarle a Dios el ahora que Abraham Le arrancó!
La persona puede arrancarle a Dios ese ahora y hacer que Él la transforme en una gran nación.
Esta Campaña es para que la historia de la vida de la persona sea otra.
Y ese AHORA ella se lo va a arrancar a Dios cuando Le entregue su Isaac.
¡¡¡Es ahora!!!
Piense en esto.
Obispo Clodomir Santos