Ciertos problemas que enfrentamos y parecen no tener solución pueden ser resueltos solo con la fuerza del ayuno y la oración. La Palabra de Dios marca la importancia del ayuno y la oración. En Mateo 17:19-21, el Señor Jesús explica que hay tipos de demonios que solo salen con ayuno y oración:
“Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno”.
El Ayuno es la abstinencia parcial o total de alimentos o de algo que le genere disfrute. Esa práctica contribuye a que nos acerquemos a Dios. Tienen la finalidad de fortalecernos a nivel espiritual. El Obispó aseguró: “Muchos conviven con su problema porque escuchan que es algo crónico y sin solución; sea una enfermedad, un familiar en las drogas o un problema económico”.
Los conflictos que perduran son causados por demonios que se unen para impedir que las personas logren lo que necesitan. Si quiere luchar contra ellos es necesario que ore y ayune. Cuando entre en ayuno y oración, se volverá más sencillo estar en contacto con Dios. Podrá exponer su causa ante Él y la respuesta llegará de acuerdo con su fe.
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