A veces no logrará lo que quiere por la fuerza. Ser intransigente, querer imponer que las cosas se hagan a su manera, exigir que las personas lo respeten y hacer una escena cuando ellas no hacen lo que usted quiere, no es útil.
Existen momentos en lo que usar la fuerza y la autoridad, es la única opción.Pero siempre es usar la diplomacia, pedir las cosas con una sonrisa, la paciencia tienen que ver con servir a otro antes de ser servido.
El maestro de eso fue el Señor que hasta hoy conquista a millones de personas. A veces el de carácter más fuerte es el más débil y la que parece más sencilla, es la más fuerte.
Esto sucede porque la persona que está dispuesta a pedir las cosas de forma diplomática no necesita imponerse, porque sabe muy bien quien es y confía en su influencia. Si usted ha intentado algo por la fuerza y no lo ha conseguido, busque otra alternativa.
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