QUINTO PODER
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Mateo 6:12
Esta deuda de la que Jesús habla no es financiera, sino emocional y espiritual. Los seres humanos muchas veces lastimamos a otros de manera consciente o inconsciente, a causa de nuestra imperfección. Entonces, nos convertimos en deudores.
Jesús deja en claro que el perdón de mis errores está directamente relacionado con las deudas que tengo con las otras personas. En otras palabras, si yo no perdono a los demás, tampoco seré perdonado por Dios. Esa es la condición.
Cuando aprendemos a ver el lado bueno de las personas, eso se vuelve más fácil. Así, uno vive libre de la amargura. Por eso, este poder es maravilloso. Cuando perdono, aunque no lo sienta o la otra persona no lo merezca, me hago un bien a mí mismo.
SEXTO PODER
“Y no nos metas en tentación…”. Mateo 6:13
No hay ser humano en el mundo que esté libre de ser tentado. Incluso el Señor Jesús, el Hijo de Dios, fue tentado en el desierto. Por eso, debemos pedirle al Padre que nos libre, que no nos deje caer en tentación, ya que es muy fácil pecar a través de los ojos y de la lengua.
Una de las formas de evitar caer en tentación es cuando decidimos someter nuestros pensamientos a los de Dios. A través de la meditación en Su Palabra, el Altísimo nos blinda, protege y fortalece para no caer en tentación. Además, cuando contrariamos nuestra voluntad, nuestras ideas y nuestras manías, para cumplir la voluntad de Dios, nos resguardamos bajo Su protección. Pero, si nos entregamos a nuestras inclinaciones, no solo caeremos, sino que permaneceremos caídos.
Otra manera es resistiendo a los espíritus malignos. Estos soplan en nuestra mente ideas, sugerencias, y crean situaciones para que actuemos impulsivamente, es decir, juzguemos, miremos o tomemos alguna actitud contraria a la voluntad de Dios. Esta actuación del mal no se limita a las dificultades, sino también cuando aparentemente está todo bien, tentándonos hacia la acomodación espiritual.
“… ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?”. Juan 3:4
Cierto hombre religioso Le preguntó a Jesús cómo nacer de Dios y el Señor le respondió: “Naciendo de nuevo, a través del arrepentimiento, por medio del bautismo en las aguas”.
Este bautismo no es para recibir una bendición, la cura de una enfermedad, la conquista material o la realización de sueños, sino que es para sepultar la vieja vida.
Muchas personas se bautizan en las aguas por remordimiento. Por eso, después de un tiempo, siguen en la práctica de las viejas obras. Este sentimiento hace que la persona vuelva a la práctica del error, porque no odia lo que hizo. Por eso, no lo abandona, ni se resiste, sino que se autoconvence de que después de pecar, confiesa el pecado y Dios la vuelve a perdonar.
En el pasado, a este tipo de personas Jesús las llamó “raza de víboras”, porque no había en ellas sinceridad ni espacio para el arrepentimiento.
“Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor”. Hechos 3:19
El arrepentimiento es la decisión de dejar de hacer lo malo. Eso ocurre cuando valorás lo más importante que tenés, que es tu alma, la Salvación. Por eso, el bautismo en las aguas sirve para borrar todo lo que te acusa, te oprime, lo que hace que tu alma esté en agonía. Esa es la conversión.
Si tenés que confesar un error del pasado que te acusa, hacelo, porque el mal también sale por la boca. 1 Juan 1:9 dice:
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos…”.
Solo entonces, el Espíritu Santo traerá refrigerio a tu alma.
“Pues Yo no Me complazco en la muerte de nadie —declara el Señor Dios—. Arrepentíos y vivid”. Ezequiel 18:32
Sepultá la vida de error, arrepentite y convertite para que puedas vivir en novedad de vida.
Participá este domingo a las 9:30 h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a vos. Otros horarios: 7 y 18 h.