Johana participa anualmente de esta reunión especial y, a continuación, cuenta su experiencia:
“Desde hace varios años que, junto con mi familia, participo de la Vigilia de Año Nuevo para asegurarme de tener la bendición en mi hogar. Sé lo importante que es contar con la dirección Divina, ya que antes de conocer a Dios tenía una vida triste.
Me convertí en madre cuando era muy joven y sufrí violencia de género. En el afán de querer darle una familia a mi hija y debido al gran vacío que sentía en mi corazón, buscaba amores equivocados y hacía malas elecciones, lo cual me llevaba a sufrir en la vida sentimental.
Hasta que conocí la Iglesia Universal, comencé a asistir todas las semanas, a seguir las orientaciones y a perseverar. Dios sanó mi alma y mi interior, me enseñó a perdonar y me mostró todo lo que tenía que cambiar.
Mi vida se transformó y me concedió lo que tanto buscaba, que era formar mi familia. Tengo un esposo que es muy compañero, tuvimos un hijo y somos muy felices. Por eso, cada año lo inicio en la presencia de Dios, para agradecerle y para que Su bendición permanezca en nuestro hogar”.
UN AÑO DIFERENTE
Cuando una persona tiene consideración para con Dios y Le dedica los primeros minutos del nuevo año, hay una distinción en su vida. Eso es lo que le ocurre a quien participa de la Vigilia. La gran diferencia es que pone todos sus propósitos y objetivos en las Manos de Dios y recibe la fuerza que necesita para esta nueva jornada, lo que le da la seguridad de que todo ocurrirá de acuerdo con Su Voluntad. Como está escrito en
Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Martes, 31 de diciembre, a las 22:30 h, en el Templo de los Milagros ubicado en Av. Corrientes 4070 – Almagro, y en todas las Universal del país.