Los celos, quizás este sentimiento resuma lo que generalmente sucede entre la nuera y la suegra. Es un juego de poder, quién hace la mejor comida, quién plancha mejor, quién agrada mejor al hombre. Sin embargo, hay esperanza para que esa relación sea saludable y amorosa.
En la mayoría de las relaciones, la suegra piensa que la nuera llegó para ocupar su lugar y, por otro lado, la nuera tiene celos de la suegra por la relación exagerada del marido con su madre. “Se recomienda que en estos casos la nuera tenga cerca a la suegra, para mostrarle que no le sacó su lugar. Pero el hombre también tiene que posicionarse, porque después del casamiento, su familia son su mujer y sus hijos”, explica la psicóloga Débora de Macedo Jorge.
Esta cercanía es espontánea entre yerno y suegra, lo que hace la relación más personal y amistosa. “Eso sucede porque generalmente la hija es más apegada a la madre y, automáticamente, trae al marido cerca de su familia, provocando los celos de su suegra”.
Con el hombre agregado en la familia de la esposa, hay también un alejamiento de la suegra. “Ella comienza a verse muy diferente de la mujer que se casó con su hijo y piensa que lo mejor es alejarse antes que ser amiga. Los celos hablan más alto”, explica Débora.
Fue eso lo que sucedió con la vendedora Kátia Nogueira y su suegra. “Yo no entendía su falta de acercamiento. Yo veía a mi madre tan amiga de mi marido, y deseaba eso para mí. Intento tener esa cercanía y una amistad sincera con mi suegra, pero es difícil, ella siempre tiene un buen argumento para no estar presente en nuestras vidas”.
Pero, la psicóloga da la receta para que esa barrera sea quebrada. “La nuera tiene que darle espacio tratando a su suegra con cariño y sinceridad. Si ella trata a la madre de su marido como a una buena amiga, la relación será cada día más fácil”.
Y cuando todo esta bien
La ama de casa Ana Carolina Ramos es un ejemplo de que es posible que suegra y nuera tengan una buena relación. “Nosotros nunca tuvimos motivos para una discusión y nos llevamos muy bien, que hasta bromeamos al respecto”.
Ella le atribuye eso a la sinceridad y a la amistad que tienen desde el día en que se conocieron. “Ese sentimiento fue natural. Ella y yo no somos personas que tienen desacuerdos. Cuando ella tiene algo que decir, se acerca bien, con todo el cariño del mundo y da su opinión sin lastimar y sin malas intenciones”, cuenta Ana.
En cuanto a los celos, tenidos como inevitables entre nuera y suegra, ya se volvió un motivo para bromas entre ellas. “Mi suegra dice que, con ella, mi marido comía más variado, o sea, la intención es decir que yo lo mimo mucho. Ella siempre dice: “MI hijo está muy bien encaminado”, se enorgullece Ana.