Según una investigación publicada por la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), una adolescencia feliz es un excelente ingrediente para garantizar buenos rendimientos en la vida adulta. Para llegar a esa conclusión, fueron entrevistados 10 mil jóvenes norteamericanos entre 16 y 18 años de edad. Por ello se logró constatar que el bienestar emocional influenciaría en las ganancias mensuales del futuro.
El estudio fue realizado por investigadores de University College de Londres, por London School of Economics, por la Universidad de Warwick de Inglaterra, y la Universidad de Bonn, en Alemania.
Los buenos salarios percibidos a los 29 años están establecidos, según la investigación, a los sentimientos positivos vividos entre los 16 y 18 años; y la satisfacción en la vida cuando los jóvenes llegan a los 22. Los muy felices se garantizan una renta 10% mayor que el promedio general. Mientras que los desanimados ganan un 30 % menos. Una pequeña diferencia en la satisfacción experimentada a los 22 años de edad llegó a subir 1930 dólares, la renta anual a los 29 años.
Mucha de la felicidad de un joven está asociada a las oportunidades que tiene durante la vida. Si necesitó dejar los estudios para trabajar es probable que tenga menos chances de calificar su currículo y, consecuentemente, crecer en una carrera. Tampoco es difícil asociar la buena capacidad de relacionarse y la ausencia de problemas psicológicos a la felicidad y al éxito profesional.