Puede que haya algún detalle que haya pasado por alto y que es extremadamente importante para que tu viaje hacia una vida plena tenga éxito. La vida no es tan complicada como pensamos y, dependiendo de las elecciones que hacemos, todo puede ser más fácil. Quizás pienses que digo esto porque no estoy en tu lugar. Entiendo tu punto de vista, pero piensa: ¿Qué elecciones hiciste para estar donde estás ahora? ¿Y si hubieses tomado otras decisiones crees que las cosas habrían salido de la misma manera?
Todo en la vida depende de las decisiones que tomamos, incluso aquellas pequeñas cosas del día a día son capaces de cambiar toda nuestra vida. Por ejemplo: Puedes elegir enfadarte o no, protestar o no, rechazar o no, aceptar la vida como está o no, cambiar o no, comprometerte o no, ser responsable o no, y así sucesivamente. La vida está llena de elecciones. Si nuestras elecciones son las correctas, llegaremos a donde queremos. Así de sencillo.
Ahora debes estar preguntándote ¿cómo puedes saber cuál es la elección adecuada cuando todo parece tan borroso y oscuro? Es en ese momento que entra la fe. Cuando usamos la fe en vez de las emociones, podemos ver lo que no es visible para el ojo humano. Las emociones, por otro lado, nos hacen ver solamente la apariencia externa y nos hacen tomar decisiones equivocadas. La fe mira hacia adelante. Fe es creer en algo que no se puede ver o tocar.
No todas las mujeres de Dios andan por la fe. Muchas comienzan andando por la fe, pero luego vuelven atrás y viven por lo que ven, tocan y sienten. Viven en un estado espiritual débil, llenas de dudas e inseguridad. Siempre necesitan a alguien que les motive para continuar luchando. No es una cuestión de cómo fue criada o de lo que está pasando en ese momento, es una cuestión de fe. O se vive por la fe, o no. De todos los consejos que recibí, el mejor de todos ellos fue el que mi padre me dio acerca de cómo vivir por la fe.
Durante toda mi vida, a pesar de todas las cosas buenas que Dios me ha dado, frecuentemente soy decepcionada, reprendida, humillada, despreciada, usada y criticada. Aún así, nada me hace mirar hacia atrás, pues escogí vivir por la fe.
A pesar de todo lo que hayas pasado, siempre hay una oportunidad de volver a empezar. ¡Dios nos da esa oportunidad cada mañana, tal vez sea esa la razón por la que tenemos el día y fa noche!
Extraído del libro “Mejor que Comprar Zapatos” de Cristiane Cardoso