Los conferencistas Renato y Cristiane Cardoso responden a la pregunta de Patricia, que por vivir lejos de su novio no lo ve hace meses. Ella dijo que la ausencia y las peleas hicieron que la relación caiga en la rutina y se desgaste.
Ellos, ¿pueden cambiar esta situación? Otra alumna, a la que la identificaremos como Amiga, soportó las mentiras de su marido durante 27 años y, después de una traición, perdió la confianza y el interés en el matrimonio. Ella, ¿todavía puede salvar su relación?
Vea a continuación esta edición de la Escuela del Amor Responde:
Amiga – Estoy casada hace 27 años y desde el principio acepté las mentiras de mi marido por cosas tontas e incluso graves, y, por esta razón, siempre vivo llena de desconfianza. La situación empeoró hace un año porque me traicionó. Él jura que no, pero lo descubrí en varias situaciones que me hacen estar segura de que eso ocurrió. Perdí el interés por nuestro matrimonio, nada de lo que él hace me entusiasma y, además tiene una deuda a mi nombre y estoy pasando problemas económicos. Sé que no me valoré y tuve que soportar muchas cosas. ¿Cómo le pongo un fin a esta situación?
Renato – Esto es lo que sucede cuando la persona no le pone un fin a las situaciones intolerables. Recuerde siempre esta verdad: todo lo que usted tolera hoy, se volverá normal mañana. Hoy lo normal en su matrimonio son las mentiras y la falta de confianza, por haber tolerado esto durante 27 años. El resultado es que ha perdido el interés en su matrimonio y en su marido. Me imagino, por sus palabras, que están viviendo separados dentro de la misma casa y no comparten una vida de marido y mujer. Pero, hay algo que usted puede hacer: separarse de hecho y de verdad, porque tal vez por mantenerse en ese matrimonio, a pesar de las mentiras, él aún tenga algunos beneficios. Probablemente aun la busque para tener relaciones sexuales, es beneficiado por el cuidado de la casa, usted paga ciertas cuentas y lo ayuda de otras formas. ¿Cuáles son las consecuencias que él vive por sus propias mentiras? Muy pocas o casi ninguna, aunque el matrimonio infeliz sea una de ellas. Si están viviendo vidas separadas, salga de la casa o pídale que él se vaya, para que quizás en esta separación usted logre hacer que él cambie o busque ayuda. Por lo general, cuando el cónyuge decide separarse hasta que la situación cambie, la otra persona se ve obligada a tomar una actitud. Otra cosa que usted puede hacer es buscar ayuda para su matrimonio.
Cristiane – Quizás usted no quiera tirar todo por la borda, pero, ¿continuará 27 años más en esta situación? ¿Qué clase de matrimonio y de vida ustedes han tenido durante estos años? A veces, vale la pena que admita que se equivocó y le ponga un fin a todo esto.
Renato – Usted también debe hacer su parte. ¿Ya la ha hecho? ¿Ha cambiado sus actitudes en su matrimonio? Por lo que nos ha dicho, supongo que ya lo ha hecho. Pero, si no lo hizo y reconoce su parte de culpa en la destrucción de su relación, primero tiene que cambiar usted y solo después de esto puede exigir un cambio en él.
Patricia – Tengo 20 años, soy del interior de Minas Gerais, pero tuve que mudarme a otra ciudad con mi familia en contra de mi voluntad. Me volví una joven un poco estresada y fría. A los 17 años conocí a mi novio y todo fue perfecto. Después de un año él fue trasladado a otra ciudad para trabajar y mantuvimos el noviazgo a la distancia. Él demostraba amor, era romántico, pero siempre yo fui muy dura, una persona difícil de tratar. A pesar de las peleas, nos gustábamos mucho. Con altibajos, estamos juntos hace cuatro años y ahora estamos pasando por una etapa muy difícil. Él hace un curso técnico, quedó desempleado y no puede buscar trabajo porque cuida a su padre, que ya es de edad avanzada. Yo curso la carrera de abogacía en una ciudad a 100 km de donde vivo en una pasantía sin remuneración. No estamos en buenas condiciones económicas, no nos vemos hace meses, la distancia hizo que la relación entrara en la rutina y no somos más como antes. Nos queremos mucho, pero el noviazgo se está desgastando. Estoy llena de dudas y tengo un temperamento difícil, pero necesito la ayuda de ustedes.
Renato – Ha mencionado ese cambio de ciudad en contra de su voluntad y que eso la hizo ser una persona fría y estresada. Usted se ha mudado físicamente, pero su corazón continuó en su ciudad natal. Eso es común. Cuando una persona atraviesa un cambio en su vida que no acepta, queda dividida, enojada, con el corazón en un lugar y la mente en otro. A medida que ella se va dividiendo, todo comienza a salir mal. Todo se vuelve malo y siempre terminará encontrando defectos en el lugar en el que está; en el clima, en las personas, en la ciudad, etc. Todo es horrible y nada sirve. Todo va a ser malo porque aún no aceptó el cambio dentro de usted, y cuanto antes aprenda a abrazar los cambios que no puede evitar, más rápido saldrá de ese estado de frustración en el que se encuentra.
Cristiane – Una de las actitudes de una persona que es resuelta consigo misma es cuando se adapta fácilmente a situaciones que están fuera de su alcance.
Renato – Patricia, en su caso, usted también tiene que tomar una decisión sobre su relación, porque ustedes están de novios a distancia y las razones para esto son el estudio y el trabajo. No se puede tener ambas cosas al mismo tiempo. Será difícil tener una relación con alguien que no ha podido verla hace meses y en la que usted, por estar ocupada en su carrera y en su pasantía, tampoco puede ofrecerle tiempo. De las dos, una: uno de ustedes tendrá que sacrificar suspendiendo su curso para priorizar la relación, mudándose a la ciudad más cercana donde ambos puedan continuar con la misma, para eventualmente casarse y después, más tarde, el que ha suspendido sus estudios pueda retomarlos y continuar su carrera después de haber priorizado el matrimonio; o ustedes continúan lo que están haciendo ahora, que es priorizar sus respectivas carreras posponiendo la relación. No hay manera de hacer las dos cosas, por lo menos no veo cómo se puede hacer esto.
Cristiane – Y si ustedes no se ven, apenas se hablan, y las pocas veces que lo hacen, son groseros uno con el otro – no sé en el caso de su novio, pero usted dijo que es muy dura y que pelean mucho – me imagino que esas peleas se deben a la distancia, que no cambiará. Ustedes mismos están saboteando su relación, ya que pelean cada vez que se encuentran y señalan los defectos uno del otro, cuando deberían aprovechar los pocos momentos que están juntos. Por supuesto que de esta manera la relación se desgastará. Si en lo poco que ustedes se ven ya está siendo difícil, imagínese juntos.
Renato – No sé si el motivo de la frustración es que no se vean como les gustaría lo que hace que estén así. Si la relación en sí tiene un problema de comprensión, entonces hay otro problema más serio, que no es la distancia. Ustedes ya están hace cuatro años juntos, creo que ya es tiempo suficiente para decidir si quieren casarse o no continuar en la relación. No es necesario tener mucho dinero para casarse, porque donde vive una persona, viven dos, piensen en esto. Ustedes están queriendo abrazar al mundo y se están frustrando porque no lo están logrando. Prioricen, hagan una cosa a la vez y tendrán más éxito.
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