Realice una búsqueda rápida en internet sobre el tema “padres e hijos”. Lloverán artículos sobre criar bien a los niños. Pero no va a encontrar mucho material sobre cómo ser un buen hijo. ¡Sí! ¿De qué sirve que el hombre sea un buen padre, dé buenos ejemplos, le dé lo que necesita, si del otro lado el hijo no es un reflejo de todo eso, no absorbe lo que recibió?
Ser honesto, respetuoso, estudioso, trabajador. Todo padre piensa que eso es muy bueno. Sin embargo, ¿qué tal hacer valer su condición de hijo? No es solo haber nacido de aquel hombre, sino también disfrutarlo, lo que no todos aprovechan tan bien como podrían.
Le damos algunos consejos para que usted recuerde honrar a su padre – lo que también es válido para otra figuras paternas que todos tenemos: aquel tío querido, el hermano mayor, un profesor que admiramos, un patrón atento, nuestro abuelo, etc.
Converse – Entienda cómo le gusta conversar, en el momento indicado, la forma de expresarse correctamente y no deje que caiga esa sintonía. Aún en charlas simples, él le pasará experiencia – que, sí, es mayor que la suya – que serán consejos preciosos sobre la vida que tiene por delante.
Confíe- ¿Problemas? ¿Una duda? Él no dejó de ser su padre porque usted creció. Pídale consejos, por más maduro y responsable que usted sea. Él se sentirá útil. ¡Déjelo hacer su papel de padre un poco más!
Respete – No venga con la típica frase de “eres de otra generación”. Tampoco se crea “grande” porque estudio más que él. Su padre ya vio, oyó y sintió más que usted y sabe mejor el camino. Contenga el impulso de faltarle el respeto, aunque no esté de acuerdo con algo.
Sea sincero – Contar la verdad siempre es la mejor política. Si usted miente, ¿cómo quiere que su padre lo respete y confié en usted? Aunque sea castigado, no esconda nada. Él recordará eso si alguien pone su confianza en duda.
Entienda – ¿Él no es perfecto? Ok. ¿Y usted lo es? Si cree a su padre anticuado, piense en cómo usted mismo sería si fuese de la época de él. Hágalo entender su tiempo sin enfocarse en las diferencias, sino en lo que ustedes pueden tener en común.
Aproveche ahora – Las fiestas son divertidas, y los viajes son buenos. Pero no pierda también aquellos momentos de los que pueden disfrutar y conversar, incluso divirtiéndose: lavando el auto, caminando por el barrio, cuidando del jardín. Muchas veces, son esos momentos que usted recordará más tarde y agradecerá el privilegio de haberlos vivido.
Apoye – Llegará el momento en el que las cosas se invertirán y él necesitará ayuda. No se equivoque, usted continuará siendo su hijo y debe respetarlo, aunque tenga la necesidad de ser un poco padre de él también. Honre eso como un hombre de verdad lo haría.
Como ya dijimos, la obligación del padre es promover, amar y educar. A usted le corresponde hacer valer todo eso la pena.
Un hijo Intellimen
Si usted es un IntelliMen, es obvio que su padre ha visto su progreso. Él tiene más experiencia, pero nunca es tarde para perfeccionarse como hombre. ¿Qué tal, entonces, invitarlo para un momentos entre ustedes, que sea divertido, placentero, y aprovechar para hablar del proyecto? También vale incluir a sus hermanos y otros parientes del sexo masculino. Toda la familia gana. Puede ser un partido de fútbol, un almuerzo, un asado. Vea sugerencias en el Dasafío #52, en www.intellimen.com.
Hable con él
A veces, quien vive lejos del padre pasa días sin tener contacto con él. ¿Qué tal si ustedes fijan un horario, por lo menos una vez por semana, solo para ustedes dos? Recursos como Skype y WhatsApp son simples de usar hasta para los menos acostumbrados a los dispositivos electrónicos. Si la opción es por teléfono de línea hay planes y horarios con tarifas más económicas.
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