En esta semana, Renato y Cristiane Cardoso le sacan la duda a una alumna llamada Eliara. Su marido bloqueó el celular con contraseña, ella ya le pidió que no lo haga y él se pone nervioso todas las veces que ella habla de ese tema. Por desconfiar de su actitud, Eliara les pidió ayuda a los profesores de la Escuela del Amor Responde.
Eliara – Estoy casada hace dos años y tengo un excelente esposo. El año pasado le regalé un celular y, para mi sorpresa, lo primero que él hizo fue colocar una contraseña para bloquearlo. Me pareció extraño porque yo nunca hice eso y yo fui la que le compré el aparato, pero no le dije nada. En un cierto día le dije tranquilamente que quería darle una mirada al celular y él reaccionó de forma muy extraña, se puso nervioso y me dijo que si yo quisiera mirar el celular, él me lo devolvería. Me puse muy triste con esa reacción porque yo no soy celosa y creo fielmente en él. No le dije nada y esperé el momento correcto para conversar sobre el tema. La oportunidad llegó y él me dijo que quería privacidad, pues le parecía incómodo que yo leyese algunas conversaciones y las malinterpretase. Yo le dije que no me metería en su celular, solo quería que él confiara en mí. Hicimos el trato de que él saque la contraseña, pero después de un tiempo, él la volvió a colocar nuevamente. Comencé a pensar cosas malas, conversamos y él se puso nervioso nuevamente. Y estamos así: él no desbloqueó el celular y yo estoy llena de dudas.
Renato – La reacción de él es realmente muy extraña, porque no existe privacidad dentro de un matrimonio. Lo que existe, y que las personas confunden con privacidad, es que usted tiene derecho de hacer cosas que le gustan, en su tiempo y espacio. Por ejemplo, a mi me gusta leer, quedarme en mi rincón para estudiar y Cristiane generalmente no me acompaña en esos momentos, de la misma forma en la que yo no la acompaño cuando ella va a la peluquería o a tomar un té con las amigas. Son ciertas cosas que la pareja tiene el derecho de hacer, cosas que uno tiene que respetar que el otro haga. Pero la privacidad, en el sentido de esconder informaciones sobre su vida, comportamientos, dinero y lo que hace en internet, eso no existe dentro de un matrimonio, a no ser que ustedes no se consideren realmente casados. Muchas personas tienen relaciones extrañas hoy en día, como las relaciones abiertas, informales, sin compromiso o los que viven juntos. Pero cuando se habla de matrimonio, en el sentido pleno de la palabra, no existe privacidad.
Cristiane – Y la impresión que da es que las personas piensan que existen dos mundos: el real y el del celular. Cuando ellas tienen acceso a un celular, piensan que nadie necesita saber lo que ellas hacen allí. Ellas están casadas y nadie puede saber que ellas tienen ciertos deseos. Está todo dentro de ellas. El celular les da la oportunidad de ser ellas mismas. Y, cuando el cónyuge quiere saber qué está sucediendo en ese mundito, ellas no quieren mostrar, porque allí ellas son de verdad. Usted piensa que en el mundo del celular usted está fingiendo, pero, a decir verdad, usted es esa persona que envía mensajes malos, pervertidos, tiene esa suciedad en su interior y la persona del mundo real, que su cónyuge conoce, es falsa.
Renato – ¿Por qué no existe privacidad dentro del matrimonio? Hay varias razones, pero le voy a dar tan solo una. Mi vida está en las manos de mi esposa y la vida de ella está en mis manos. Yo no puedo confiar mi vida en las manos de una persona que no conozco 100%. Todo lo que mi esposa hace me puede influenciar positiva o negativamente, sea en la vida financiera, sea online, sea en sus gustos, sus costumbres y sus amistades. Yo no puedo confiar mi vida ciegamente en las manos de mi esposa, si ella no me da acceso a todas las cosas. Confiar en la persona es exactamente no tener nada que esconder. Por no tener nada que esconder usted genera confianza. No existe confianza ciega, nosotros confiamos porque vemos lo que la persona viene haciendo a lo largo de los años. El único en quien confiamos sin ver es Dios. Su marido y su esposa no son Dios. Son personas de carne y hueso, sujetas a tentaciones y por eso ellas sí necesitan darle acceso a todo en su vida. Y yo me preocupo por usted, Eliara, porque su marido está equivocado y no quiere que lo confronte. Eso es muy peligroso para su matrimonio. Lo que usted tiene que hacer es decirle a su marido que no desconfía de él, sino de la actitud de no darle acceso a su celular. Decida: si hay alguna parte de su vida a la que usted no puede tener acceso, él no tendrá acceso a la suya. Punto final. Sáquese el miedo de confrontarlo, por temor a que se moleste o a perderlo. Cuando él levantó la voz, usted cedió, pero se quedó con la pulga detrás de la oreja. Usted debe preocuparse por eso, pues es una pésima señal y, cuanto antes resuelva esos asuntos, mejor. Porque en cinco, diez años, luego de un historial de peleas, traiciones e indiscreciones por parte de él, usted querrá solucionarlo, pero no podrá.
Cristiane - Y no piense que hizo mal en darle el celular, porque fue eso lo que le mostró ese lado de él. A veces, es bueno ver como la persona reacciona con ciertas cosas, usted ya vio que él no es tan buen marido como usted dijo en el inicio del email. Él esconde cosas. Si no las escondiera, no reaccionaría así. Haga eso, confróntelo y prepárese porque la forma como él reaccionó, muestra que es orgulloso. Está equivocado, pero se mantiene de pié.
Sáquese las dudas
Si usted percibe que su relación está llegando al fin o tiene dudas al respecto, participe de la Terapia del Amor, que se realiza todos los jueves a las 10, 16 y 20h en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
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