A primera vista un hombre sonriente parece ser más solidario, más receptivo que un mal encarado. Ese viejo error de “Juzgar al libro por su tapa” es lo que más sucede en este caso. Así que, querido lector, en lugar de juzgar a ese amigo suyo, familiar o jefe más serio, ¿qué le parece mirar más a fondo para ver su carácter, que es lo que realmente cuenta?
Un estudio realizado por la Universidad de St. Andrews, en Escocia, relacionó la generosidad con los rostros de los individuos encuestados. Ese hombre con expresión muy seria o hasta enojada puede parecer, a primera vista, antisocial, pero él puede ser el primero en celar por el bien común, aunque no busque reconocimiento por eso, mostrando sonrisas de publicidad de crema dental y queriendo palmaditas en la espalda. Amigo, piense en algunos grandes líderes espirituales, políticos o de cualquier otra rama. ¿Ellos son “sonrisas ambulantes”? No necesariamente. Usted ya ha visto a hombres así en la vida real. Los vio en el cine. Claro que eso no quiere decir tampoco que un sujeto que sonríe fácilmente sea una mala persona. Cada caso es único y debe ser analizado sin generalizaciones.
El estudio escocés demostró que, con respecto a un grupo de compañeros, de amigos o de la familia, los considerados “ceñudos” son más propensos a sacrificarse por el beneficio de todos. Esta clase de persona tiende a poner el bienestar del prójimo frente a sí mismo en situaciones difíciles.
Hombres de caras más serias pueden aparentar ser “chicos malos”, en comparación a los que presentan un formato más estrecho. Sin embargo, eso depende mucho del contexto – y acuérdese del “cada caso es único”. Los investigadores les dieron una determinada cantidad de dinero a los alumnos de la St. Andrews y les dio un desafío que requería cooperación. Los considerados como mal encarados cooperaban, dando parte de su dinero por el grupo. Pero, cuando les fue presentado a ellos un equipo de alumnos de otra universidad, con el mismo valor de dinero y el mismo desafío, todo se convirtió en una clara competencia. Observe que los “hoscos” fueron los que más donaron sus cédulas – algunos incluso todo el dinero. Para que su grupo venciera, ellos realizaron una entrega mayor.
La investigación también se extendió al mundo corporativo. Se analizaron a líderes de determinadas empresas con las características de rostro y expresión citados. Ellos se mostraron más capaces de comprometerse con sus empresas, e incluso presentaron mejores resultados financieros.
Obviamente, los autores del estudio no están diciendo que todos los hombres de aspecto rudo son buenos o malos basados solo en sus rostros. A veces un aparente “chico malo” puede ser muy malo. Sin embargo, la investigación demostró que ese muchacho que puede parecer más agresivo, demasiado serio, o incluso antisocial, puede sorprender y ser el primero en extenderle la mano a alguien que lo necesite.
Cuestión de coraje:
Si usted es serio o el “hombre sonrisa” de su grupo, no hay problema: ¿qué tal si se involucra con una buena causa? No importa si es grande o pequeña, mientras que sea buena para usted y para los demás. Pueden existir muchos problemas a su alrededor que necesitan a un hombre valiente para resolverlos.
Luego vea el resultado de su acción. Analice. ¿Qué bien ha hecho a quien lo necesitaba? ¿Cómo se sintió después?
Algunos consejos del Desafío #9 del Intellimen pueden darle óptimas ideas. Véalas ingresando en www.renatocardoso.com/es/intellimen/
[related_posts limit=”14″]