No es nada fácil criar hijos. Incluso, nadie dijo que lo sería. Es importante dejar en claro que quien decide tenerlos enfrentará diversas fases, en su mayoría, sorprendentes. Cada cual con sus luchas, peculiaridades, momentos únicos, impagables.
Pero hay una etapa bastante temida: el paso de la infancia a una independencia mayor; la pre-adolescencia y la adolescencia, que ocurre justamente cuando – los niños comienzan a creerse más “dueños de sí mismos” y, como por arte de magia, se sienten tan a gusto que ya no aceptan con tanta facilidad las órdenes de los padres.
Es exactamente en ese momento que los padres necesitan respirar hondo y entender, aún más, a sus hijos, para no apartarlos de una vez por todas, dado que la adolescencia es una fase de altos y bajos, y los muchachos viven en una oscilación de humor muy fuerte. De un momento a otro, cambian, por lo tanto, necesitan ser más comprendidos.
No aparte a sus hijos
La semana pasada, hablamos de los padres que no entienden que los hijos crecieron y aún los tratan como niños.
Esta semana, hablaremos de aquellos padres que no saben controlar a sus hijos, ni darles la libertad que ellos tanto necesitan en esta fase de la vida. Miedo, inseguridad, hasta pavor. ¿Realmente es necesario todo eso?
Una cosa es cierta: los jóvenes, normalmente, se auto-titulan maduros y no son muy fans de dar explicaciones, pero nada funciona sin reglas. Sin embargo, lo correcto es que eso suceda de la mejor y más natural forma posible, sin que sea necesario reclamar, pelear o enojarse.
No obstante, los adolescentes suelen rebelarse contras las reglas. Siendo así, ¿cómo deben actuar los padres?
La joven Cintia Neto (foto de al lado), de 16 años, hacía de todo para atacar a su madre, Rosane Neto, de 43 años, con peleas constantes, falta de respeto y rebeldía.
Por otro lado, Rosane no sabía cómo controlarla, lo que solo la apartaba de ella. Para empeorar la situación, la joven se involucró con las drogas y pasó a concurrir a bailes funks.
La rebeldía tiene cura
Con una base cristiana, Rosane no aceptaba que su hija se hubiera vuelto tan rebelde, pero, en vez de pelear, decidió actuar de una forma diferente: pasó a buscar en oración una salida para aquel dilema que la atormentaba. Y fue en la Universal que encontró ese auxilio directo, en las reuniones específicas y campañas de fe, de las cuales participaba activamente en favor del cambio de su hija.
Hoy, a quien mira las fotos antiguas de Cintia le cuesta creer que es la misma persona. Cariñosa con su madre, se arrepintió de los daños causados tanto a sí misma como a la familia. “Hoy soy feliz, no tengo más vicios y, lo mejor de todo, conocí a Dios”, afirma la joven.
Si usted ha pasado por situaciones iguales o similares a las de Rosane, la Universal tiene un grupo llamado “Madres en oración“, que reúne a las madres de todo el mundo en favor de un solo objetivo: orar por los hijos. Conozca más haciendo clic aquí y encuentre la salida para lo que tanto le aflige.
La próxima semana hablaremos sobre el tercer error que cometen los padres al exagerar en los reclamos y en la falta de confianza en los hijos.
(*) Colaboró: Cinthia Meibach
[fotos foto=”Cedidas – Thinkstock”]
[related_posts limit=”7″]