“El niño debe ser estimulado desde su vida intrauterina, con distintas estrategias. Sin embargo, es de suma importancia que los padres conversen con el bebé durante los 9 meses de desarrollo en el vientre, así, pasará a identificar, inicialmente sus voces”, comenta Juliana Pontes, fonoaudióloga.
Incluso antes del nacimiento, la madre puede utilizar algunas técnicas diferentes para que el niño comience a hablar más temprano. Hablar con la panza, escuchar música, ver dibujos que hablen con el niño u otras personas conversando es el principio para que esté el incentivo del habla.
A partir del parto, es importante que exista un diálogo a la hora de cambiarlo, de amamantarlo y que los juegos siempre tengan repetición de palabras. Según Juliana, el niño le prestará atención a cada estímulo y a cada fuente sonora.
“Durante mi embarazo, siempre cantaba cuando escuchaba música, veía dibujos y conversaba con mi familia. Después del nacimiento, siempre hablé mucho con ella, escuchando atentamente todas las palabras y hablando nuevas palabras para que ella pueda identificar las cosas y las situaciones”, comenta Maria Aparecida Xavier, artesana.
“Entre un año y un año y medio el niño comienza a hablar con las palabras pequeñas, como papá, mamá, abuelita, dame. Gradualmente este vocabulario se va ampliando, las expresiones comienzan a ser utilizadas y, posteriormente, forma frases”, explica Juliana.
No permita que el niño sustituya el lenguaje oral por gestos o palabras reducidas. Según la fonoaudióloga, algunos bebés suelen cambiar mamadera por “teté” o palabras parecidas. Aunque el niño aún no logre pronunciar correctamente, los padres, los maestros y los demás presentes en el día a día deberán repetir la palabra de manera correcta, pero sin decir que se equivocó al decirlo.
“Los sonidos de nuestra lengua, que llamamos fonemas, deberán ser comprendidos y pronunciados correctamente hasta en un máximo de 5 años, cabe destacar que hay un orden, y cada niño tiene su tiempo de desarrollo. Los padres deberán ver si el niño tarda para comenzar a hablar, y en el caso de que no se produzca una mejora gradual, la ayuda de un profesional es necesaria”, finaliza Juliana.