Los intentos de producir algo que funcionara (no creemos que fuera en el lavado) sino en el “cuidado del pelo” datan de 5000 años antes de Cristo. Sumerios, babilonios y egipcios fueron evolucionando en el conocimiento de elementos usando desde la arcilla hasta el aceite (siempre procesada, bajo diferentes tratamientos). Lo intentaron todo.
Pasaba el tiempo y el deseo de cuidar el cabello crecía, por lo cual terminaron usando una especie de jabón que se untaban para lucirse. ¡Sí, jabón! Respecto a otras culturas de la época, los egipcios eran muy vanidosos y se enorgullecían de su aspecto, lo más destacable era su afán de limpieza donde el aseo personal era primordial. En Asiria, los hombres y mujeres (siempre hablando de la nobleza) también presumían mucho de su cabello. Para las grandes ocasiones se adherían unas bolitas de cera perfumada al cuero cabelludo, de modo que durante los largos banquetes el calor corporal iba derritiendo la cera, que literalmente goteaba por el cuello despidiendo la fragancia. Esto no alcanzaba a todos, ya que popularmente solo se usaba para lavar los platos y la ropa.
¿De dónde proviene la palabra champú?
Aunque la mayoría de nosotros creemos que la palabra champú proviene del inglés (como After shave, body lotion, peeling…) no es así. La palabra champú se origina de la India. Allí se denomina champo a los tradicionales masajes en la cabeza con aceites y lociones capilares, costumbre que no tardó en ser adoptada por los colonizadores británicos y sus esposas, que incluyeron en las tareas de sus sirvientes masajearles el cuero cabelludo.
La expansión del champú
El término y el servicio fueron introducidos en Gran Bretaña por Sake Dean Mahomed, emigrante de India. En estos baños los clientes recibían un tratamiento indio de champi (masaje terapéutico). En los primeros tiempos del shampoo, los peluqueros ingleses hervían jabón en agua y añadían hierbas aromáticas para dar brillo y fragancia al pelo.
Kasey Hebert fue el primer fabricante conocido de champú, y su origen aún se le atribuye a él quien vendió el producto por primera vez en las calles de Londres. El champú moderno, tal como se lo conoce en la actualidad, fue introducido en la década de 1930, todo un logro: el primer champú sintético (no jabonoso).
“Te lavaron la cabeza”
Una vez establecida la higiene diaria como costumbre, el shampoo, es la solución ideal para grandes y niños. A partir de entonces su uso se vuelve tan común que alguien – hasta ahora anónimo- empleó la acción del cuidado de cabello para señalar un hecho inusual.
La expresión “Te lavaron la cabeza”, se utiliza cuando quiere decirse que alguien ha cambiado las ideas de otro, a lo que se lo ve como algo dañino. Pero, si bien se aprecia, la frase que se utiliza para denotar algo malo se utiliza mal. Generalmente, al término lavar se lo quiere decir que la suciedad será despejada, y por eso decimos: lavaré el auto, me lavaré la cabeza. Intentamos quitar la suciedad, no ponerla.
En fin, muchas veces las palabras nos sorprenden por su origen, su significado y el uso que se le dan. Lo cierto es que las costumbres cambiaron y el cuidado del pelo también, ¡qué bueno!