“El que anda con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado.” (Proverbios 13:20)
Elija bien a aquellos con quienes usted anda. Claro que tenemos que convivir diariamente con todos los tipos de persona, y no debemos ser maleducados con nadie. Sin embargo, no es de eso que habla el versículo de hoy. “Andar” y “juntarse” se refieren a actitudes constantes. Juntarse es elegir a alguien para que esté siempre con usted.
Las compañías dan consejos o hacen comentarios que pueden influenciarlo. Si anda con personas negativas, fatalmente esa negatividad lo contaminará. Si anda con personas de la fe, ciertamente su propia fe será avivada. Usted se vuelve la suma de las voces que están a su alrededor. Si las voces fueran de duda, usted se contaminará con esa duda.
Si convive con personas acostumbradas a juzgar a los demás, habituadas a ejercitar los malos ojos, tarde o temprano también juzgará a los demás y cometerá injusticias. A cada día, usted se nutre de las palabras que oye. Si esas palabras fueran negativas, de duda, de malicia, de desconfianza, usted se llenará de la basura traída por ellas y, en breve, esa basura rebalsará.
Sin embargo, si su compañía constante fuera la Palabra de Dios y el Espíritu de esa Palabra, usted se nutrirá de la Palabra, se llenará de la justicia y de la misericordia de Dios y rebalsará de sabiduría. El contacto con personas que tengan el mismo Espíritu solo reforzará esto.
Elija muy bien con quiénes anda. Las compañías pueden influenciarlo para bien o para mal.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo