Cinco de cada 100 personas con cáncer de colon tienen una forma hereditaria, lo que significa que la enfermedad se transmite de generación en generación. Así, cuando a una persona se le detecta cáncer de colon de un tipo hereditario, los integrantes de su familia deben entender que tienen en sus manos la posibilidad de adelantarse a un diagnóstico similar y prevenirlo: existen estudios que permiten detectar pólipos adenomatosos (que son considerados lesiones premalignas) antes de convertirse en cáncer y así, disminuir la mortalidad.
La mayoría de los casos de cáncer de colon comienzan como pequeños crecimientos de tejido colónico benigno (pólipos adenomatosos). Algunos, con el paso del tiempo, se convierten en tumores. Por lo tanto, recomiendan hacer tests diagnósticos de screening, como la colonoscopía (endoscopía del colon), a partir de los 50 años de edad para ser detectados antes de convertirse en cáncer: si se detecta tempranamente, es curable.
En los casos en los que se diagnostica un síndrome genético (hereditario), las personas deben empezar a hacerse colonoscopías periódicas desde que son más jóvenes. Esto permite identificar y diagnosticar lesiones en un estadio temprano; en algunos casos, se requiere la extirpación del colon.
Es muy importante tomar decisiones preventivas para los hijos del enfermo, ya que el riesgo de heredar genes mutados de un padre o madre afectado con algún tipo de cáncer hereditario es del 50%. Los tests de ADN pueden identificar a aquellos que tienen las mutaciones genéticas más frecuentes que causan Poliposis Adenomatosa Familiar o Síndrome de Lynch.
“Vi el poder de Dios”
Olga Ortiz sufría al ver a su hermana enferma, ella tenía cáncer de colon, la habían operado pero a pesar de los esfuerzos médicos la enviaron a su casa porque ya no tenía solución. “En esos momentos vi la programación de la Universal en la televisión, había un testimonio que era igual a la historia de mi hermana. Entonces, le dije a ella que fuera a la iglesia, que yo la acompañaba”, cuenta.
Ella participó de las reuniones y se sanó del cáncer de colon. Como Olga vio que su hermana fue sanada, decidió participar también. “Al mes yo comencé a ir porque vi el poder de Dios y me decidí a buscarlo de corazón. Dejé de priorizar otras cosas y me dediqué a buscar el Espíritu Santo, quería tener la Presencia de Dios en mi vida y así fue. Hoy soy feliz, sé que Dios no tiene límites”.
Martes de sanidad, a las 8, 10, 16 y 20hs, en Av. Corrientes 4070 – Almagro, o en La Universal más próxima a su hogar www.universal.org.ar/direcciones
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