Es por u$s49 mil millones y su objetivo es cubrir los costes de la limpieza de escombros en las regiones del noreste afectadas por la catástrofe y la construcción de viviendas.
El terremoto de 9 grados Richter y el tsunami posterior afectaron sobre todo a las provincias nororientales de Miyagi, Fukushima e Iwate y dejaron 14.133 muertos y 13.346 heridos, según el último recuento policial.
La mayor parte del presupuesto extra, cerca de 1,2 billones de yenes (10.000 millones de euros), estará destinado a obras públicas, como reconstrucción de carreteras, puertos y restauración de terrenos agrícolas.
Otros 363.000 millones de yenes (3.050 millones de euros) servirán para la construcción de viviendas temporales, y 352.000 millones de yenes (2.958 millones de euros) financiarán la retirada de las toneladas de escombros que dejó el peor desastre sufrido por Japón tras la II Guerra Mundial.
Además, 49.000 millones de yenes (411 millones de euros) servirán para cubrir el pago de indemnizaciones para los damnificados y otros 510.000 millones de yenes (4.286 millones de euros) para respaldar a las pequeñas empresas en las zonas afectadas.
El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, aseguró que el nuevo presupuesto no afectará a la política de disciplina fiscal de Japón, cuya deuda pública asciende al doble del Producto Interior Bruto (PIB), la mayor de un país industrializado.
Por eso el Gobierno no prevé la emisión de nuevos bonos para financiarlo, sino que la mayor parte del nuevo presupuesto provendrá de recortes en otras partidas, como la ayuda al desarrollo exterior, las contribuciones públicas al programa básico de pensiones o el proyecto de ayuda financiera a las familias con niños.
Se espera que a este primer presupuesto extra le siga un segundo y, según los expertos, incluso un tercero, que junto con el aprobado hoy por el Gabinete podrían sumar más de 10 billones de yenes (84.000 millones de euros).