La extensa cuarentena, sumada a la crisis económica, afectó la salud mental de muchas personas. Según un estudio realizado por la Fundación INECO, durante el período de la pandemia, 8 de cada 10 jóvenes argentinos sufrieron síntomas de depresión. En una entrevista en Radio Mitre, el neurocientífico Facundo Manes alertó: “estoy muy preocupado porque, además del virus, se está propagando el miedo”.
Un informe hecho por el Observatorio Social de la Universidad de la Matanza indicó que más de la mitad de las personas temen perder el empleo, la empresa o el comercio. Según el relevamiento, gran parte de la población encuestada tiene malas expectativas de lo que sucederá en el futuro.
A lo largo de la historia de la humanidad, satanás ha utilizado el miedo como estrategia para arrebatar la fe del ser humano. Porque, a través de esta condición emocional, muchas personas se sienten anuladas, incapaces y sin fuerzas para conquistar.
Tempestad vs. Jesús
Durante una noche de fuertes vientos, las olas golpeaban la barca con gran ímpetu. Sin embargo, el temor sobrevino cuando los discípulos fueron testigos de un hecho sobrenatural: ¡Jesús estaba caminando sobre las aguas!
“Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; Yo Soy, no temáis!” (Mateo 14:27).
En ese mismo instante, Pedro Le pidió al Señor que lo mandara a caminar sobre el mar junto a Él.
“Y Él le dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:29.31).
El error de Pedro fue dejar de ver al Señor Jesús para poner su mirada en las circunstancias de su entorno. Muchas personas, al igual que él, se atemorizan al ver los problemas y, por eso, se hunden en el mar de la desesperación. No obstante, los que escuchan la voz de ánimo del Señor Jesús, no temen a las dificultades ni a las malas noticias. Porque la fe siempre silencia el ruido de las tempestades.