En el mes de agosto, del otro lado del mundo, en Pekín, China, la atleta estadounidense Molly Huddle, de 31 años, fue protagonista de una escena inusual dentro del Estadio Olímpico comúnmente conocido como “Nido de Pájaro”. Molly disputaba la prueba de 10 mil metros y llegó a liderar la competencia, pero durante la última vuelta fue superada por las corredoras Vivian Cheruiyot, de 32 años de edad (atleta keniana que terminó con la de oro) y Gelete Burka, de 29 años (corredora etíope que ganó la de plata). Hasta entonces, nada más, después de todo, las dos africanas eran las favoritas para ganar la prueba.
Después de ser superada, Molly mantenía el tercer lugar, posición que le garantizaba una parte en el podio. En los últimos metros, ante la posibilidad de la conquista, ella llegó a levantar los brazos para celebrar la conquista de la medalla de bronce un poco antes de cruzar la línea, pero, sin que se diera cuenta, su compatriota Emily Infeld, de 25 años, que ya se acercaba amenazadoramente por el lado izquierdo, fue más rápida, superó a Molly y cruzó la línea de llegada antes que ella. En el último segundo, el sueño de subir al podio terminó.
Cuando terminó la carrera, Molly aún no comprendía lo que había sucedido. Miraba la gran pantalla del estadio en búsqueda de alguna explicación, después de todo, fue superada en el último instante, antes de cruzar la línea de llegada. En el cuarto lugar y sin medalla, solo le quedó lamentarse. Incluso siendo consolada y abrazada por otras atletas, ella aún no entendía lo que había sucedido.
No corra en vano
Es necesario darse cuenta que en una época de extrema competencia que afecta nuestras vidas, así como la atleta Molly, muchos de nosotros nos preocupamos demasiado en alardear lo que estamos haciendo momentos antes de alcanzar la victoria. Publicamos fotos en Facebook, mandamos mensajes y contamos nuestros planes a personas que no siempre están de nuestro lado. Debe tener cuidado antes de contar sus planes económicos, sentimentales o las metas y los temas vinculados a cualquier aspecto de su vida. Lo ideal es esperar hasta el último momento para no ser superado en el final de la carrera.
Para evitar la derrota y la frustración, tal vez sea prudente no hacer tanta propaganda. Es importante mantener el enfoque y no olvidar que otros están en el mismo camino, en nuestra pista, simplemente por tener los mismos objetivos y, por más redundante que pueda parecer, la disputa solo acaba cuando termina. Así es en el deporte y también en la vida. Es por eso que Emily, la adversaria de Molly, celebró en el momento adecuado, después de cruzar la línea de llegada.
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