¡Todo, absolutamente todo podrá hacerse nuevo en su vida! Y qué obra de arte admirable si tuviera el verdadero fundamento: ¡el sacrificio para Dios! Amigo lector, no se quede inerte detrás del telón, no deje que su vida caiga en la rutina y nunca deje de luchar. Aunque estemos detrás del telón, tenemos el arte de salir y contemplar al público.
Sí, tenemos la virtud de mostrarle al mundo que somos capaces, invencibles y fuertes si nuestra vida estuviera fundamentada en el sacrificio perfecto a Dios. Sí, Dios realizará y ¡cuán gloriosas son las Obras de Sus Manos en nuestra vida!, ¡cuán magníficas, suntuosas y exuberantes! Son tan sublimes y magníficas que lo que Dios realizará será impensable; pero siempre lo mejor, lo más perfecto y lo que nos conducirá a la felicidad plena – hacia todo lo que estamos decididos a conquistar.
Camine en dirección a la realización, no piense en el sacrificio, ¡sino en el gozo y la alegría que le traerá! ¿Cuántos hombres y mujeres del pasado atravesaron el largo y arduo camino del sacrificio y sacaron un excelente provecho de esa fantástica actitud? Aprendieron el valor de depender de Dios, aprendieron que cuando todo estaba perdido llegó la solución; ¡aprendieron a confiar en el “Único Camino” que no los decepcionó! Tal vez, se pregunte: ¿es fácil ese camino? No, no es fácil, ¡si queremos conseguir todo lo que deseamos!
Pero lo que importa es el resultado final – ¡EL SUEÑO REALIZADO!
Extraído del blog del obispo Júlio Freitas