Un estudio sobre la situación de los niños en 21 países industrializados, de 2010, realizado por científicos de la Universidad de Humboldt, en Berlín (Alemania), a pedido de UNICEF, reveló que los jóvenes alemanes se sienten marginados, desplazados y solos.
Tales sentimientos revelados suenan extraño para quien sabe del alto nivel de educación y calidad de vida que ofrece el país a sus habitantes.
Al conocer esa realidad y seguros de que la satisfacción plena no consiste solamente en el éxito material (sino en una vida pautada en la Palabra de Dios) integrantes de la Fuerza Joven Universal del país se reunieron en el Cenáculo del Espíritu Santo de Berlín, donde promovieron el evento “Quítate la máscara”, llamado así justamente para despertar a los participantes acerca de la ilusión que hay en vivir de apariencia.
“El objetivo del encuentro fue llevar consciencia a los jóvenes alemanes, sobre la realidad que viven: una juventud de apariencia, aun con una buena condición económica, con un nivel cultural elevado, esta juventud vive una vida disfrazada, que se esconde, huye de la realidad, se refugia detrás de una máscara”, explicó el pastor Gelson Luis, responsable del trabajo del grupo en Europa.
Aproximadamente 140 jóvenes pudieron presenciar la obra teatral de la Fuerza Joven y sorteos de distintos premios, el más ansiado fue la bicicleta– ya que pedalear forma parte de la costumbre popular de Berlín. Por cada mil habitantes, hay 720 bicicletas y solo 320 autos.
Sin embargo, el verdadero regalo se entregó a todos los presentes, a través de mensajes de fe y testimonios, dirigidos a los que estaban en búsqueda de un alimento espiritual.
“En el momento del mensaje, le entregamos un globo a todos los participantes, y les pedimos que cada uno inflara el suyo. En seguida, pedí que soltaran el globo, que, naturalmente, terminó en el suelo. Para sorpresa de todos, yo le puse gas al mío, entonces, al soltarlo, no cayó, subió. El ejemplo sirvió para destacar que la diferencia es lo que está adentro de cada uno, a fin de que se realicen o no”, comentó el pastor.
La reunión, hecha en alemán y en portugués, logró mostrarles a los jóvenes que la felicidad simple y completa no es una utopía, y que tampoco necesita estar acompañada por drogas, bebidas, momentos de diversión pasajeros, ni de una vida religiosa, sino que fluye desde el interior de cada uno, cuando busquen matar la sed en la fuente correcta: el Señor Jesucristo.