Multitudes han aprovechado la oportunidad de vencer al espíritu de los vicios en las Caravanas de Cura de los Vicios realizadas por el obispo Rogério Formigoni, responsable de este trabajo en Brasil. Él realiza concentraciones en diferentes ciudades para librar a los adictos y conducirlos a una nueva vida. Una muestra de la convocatoria que tienen estos eventos es lo sucedido en Belo Horizonte, donde más de 10 mil personas estuvieron presentes para ser libres de las adicciones.
La Caravana de Cura de los Vicios es un trabajo que está siendo realizado en varios estados de Brasil y tiene la misión de recorrer el país entero combatiendo la epidemia de los vicios, un mal que aflige a la sociedad y ha destruido a muchas familias. En cada evento el obispo explica que la persona puede abandonar definitivamente los vicios cuando decide entregarse por completo a Dios, además destaca la importancia de la Palabra de Dios para alcanzar la liberación total y realiza oraciones por todos los que sufren con ese mal.
“Muchos se entregan de cuerpo y alma a los vicios y, cuando buscan la ayuda del Señor Jesús, solo quieren ser libres de los vicios. Pero la liberación total solo sucede cuando la persona se entrega por completo al Consumador de la fe”, explica el obispo.
En Argentina también se realiza la Cura de los Vicios, una reunión especialmente dedicada a las víctimas del alcohol, las drogas, el juego y el cigarrillo. El responsable de este trabajo en nuestro país es el pastor John, un hombre de Dios que experimentó situaciones límite en un pasado marcado por la dependencia de sustancias químicas. Todos los domingos a las 15 h él se encarga de ministrar la liberación a quienes desean entregarse por completo en las manos de Dios.
“Llegué a drogarme con mi propia madre”
Una historia real, una experiencia de vida de quien conoció el infierno de las drogas y pudo salir para contarlo. Les presentamos la historia de Pr. John, un hombre que sabe cómo vencer la esclavitud que provocan las drogas.
“Mi hermano menor y yo vivíamos con mi padre, él nos daba lo que necesitábamos, no nos faltaba nada, pero cuando me fui de su casa para la casa de mi madre desconocía que la mayoría de la familia consumía drogas. Gran parte de la familia cayó en el tráfico de estupefacientes.
Recuerdo que fuimos con unos amigos a la casa de un compañero a hacer un trabajo para la escuela, ellos fumaban marihuana y yo no. Uno de ellos me ofreció, esa fue la primera vez que consumí marihuana, cuando di la primera pitada tenía 13 o 14 años de edad y ese fue el comienzo de mi sufrimiento.
Habíamos armado una especie de rancho donde nos juntábamos con los muchachos del barrio para consumir drogas. Allí, experimenté la pasta base, en Argentina le llaman paco, es el peor infierno que puede probar una persona, cuando lo probé, pasé a necesitar emociones más fuertes, a partir de ese momento me compenetré con toda mi familia…”.
Acompañe su historia en la siguiente edición.
Vea más de la historia en estas notas:
*“Llegué a drogarme con mi propia madre”
*La fuerza del vicio lo dominaba
*”Mi cuerpo necesitaba droga noche y día”
*“Me había convertido en un monstruo”
“Soy otra persona, hay cura para los vicios”
Sea libre de los vicios, domingos a las 15, en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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