Considerado un hombre íntegro y temeroso a Dios (Job 1:1), la historia de Job es un ejemplo de que no siempre que el sufrimiento está junto al pecado.
Job confiaba, servía al Señor, y su familia era grande, próspera y saludable (Job 1:2-3). Un cierto día, perdió todo: casa, hijos, bienes. Sin embargo, en vez de blasfemar contra Dios, se arrodilló y bendijo el nombre del Señor (Job 1:22).
Y además, después de todo lo que perdió, Satanás le pidió a Dios que afligiera más a Job, con enfermedades y dolores en su cuerpo. Y Dios así lo permitió (Job 2:4-6).
Para empeorar, Job escuchó de su esposa que era mejor dejar de ser sincero, maldecir a Dios y morir que vivir pobre y sin salud (Job 2: 9-10).
Sin casa, sin higiene, pobre, pero Job se mantuvo íntegro y firme en la presencia de Dios. Él tuvo todos los motivos posibles para no creer más, para dudar del poder de Él en su vida, pero lo que hizo, fue exactamente lo contrario.
Como cualquier ser humano, Job sentía y se lamentaba por estar pasando por todo aquello. En varios capítulos del libro bíblico que describe su historia, y que tiene su nombre como título, están sus reclamos, sus pensamientos, sus indignaciones. Pero, en ningún momento, le atribuye todo aquello a Dios. Él no maldice Su nombre y mucho menos deja de ser sincero.
En los días de hoy
¿Es esta su posición cuando las dificultades, las aflicciones y problemas aparecen? ¿O blasfemar contra Dios es lo primero que usted hace?
Hay quienes se entregan al sufrimiento al punto de desistir incluso de tener fe en Dios y en aquello que Él tiene para su vida. Pero ¿cuántos “Job” tenemos por ahí? ¿Aquellos que pasan dificultad, hambre y grandes sufrimientos y continúan creyendo?
Job tenía amigos que intentaron encontrar una razón por la cual él estaba viviendo todo aquello (Job 4, 5 y 8). Él escuchaba lo que decían, pero sabía que su vida estaba en las manos de Dios y que Él tiene el conocimiento de todas las cosas (Job 9).
¿Pero cuántos incrédulos intentan justificar lo que Dios hace? Y ¿cuántos otros quieren aconsejar, dar su parecer, sin considerar Su poder? Él puede todas las cosas, y eso es en lo que todos deben creer. Aún más, deben vivir esa verdad.
Ningún sufrimiento es sin razón, pero no nos compete a nosotros dudar de los motivos del Señor. Lo que importa es vivir siempre en la fe, mantenerse fiel, para que Su gracia llegue en el momento oportuno, al igual que sucedió con Job (capítulo 42).