Después de varios años de matrimonio Miriam y Alberto comenzaron a enfrentar problemas que no podían resolver. Ella había empezado a sentir fuertes dolores en los huesos de todo el cuerpo, visitaba especialistas médicos, se sometía a todo tipo de exámenes pero no le daban un diagnóstico preciso, solo permanecía medicada. Se encontraba sumamente nerviosa, por lo que comenzó a padecer gastritis y no podía ingerir ningún alimento. A esto se sumaban los problemas espirituales, Miriam no lograba conciliar el sueño, escuchaba ruidos extraños y sufría ataques y desmayos.
Alberto, por su parte, estaba atrapado en el alcoholismo, cosa que lo hizo ser agresivo. Las puertas de trabajo comenzaron a cerrarse y el dinero no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas. “Nos cortaron todos los servicios, estábamos muy humillados y no veíamos una manera de salir de esa situación”, cuentan.
Alberto estaba acorralado por los problemas, lo cual lo llevó a un estado depresivo. La relación con sus hijos era tensa, no había diálogo y las peleas y agresiones eran algo cotidiano. En un intento para terminar con tanto sufrimiento, él propone la separación e intenta sacar a la familia de la casa en cinco oportunidades.
En esos momentos, se acercaron a la Universal y comenzaron a luchar para solucionar sus problemas. No tardaron en ver los resultados de su fe y hoy sus vidas están completamente transformadas. El matrimonio está unido, disfrutan de una vida saludable, con estabilidad económica, paz y armonía en su casa. Ellos lograron estas bendiciones luego de manifestar su fe en el Altar de Dios.
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