En 1948, después de milenios de exilio, los israelitas tenían oficialmente un hogar. Se estableció el Estado de Israel.
Todo país necesita una bandera, en el caso de Israel, ellos necesitan un símbolo para enorgullecerse por el regreso de la Nación Judía a su territorio original. Al año siguiente al establecimiento del país, el nuevo estandarte fue presentado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el mismo que el actual.
Su elaboración tiene una historia muy interesante. Al final del siglo XIX, ya se discutía la necesidad de la creación de un Estado para el pueblo judío que por miles de años se vio forzado a asimilar las culturas de diferentes lugares – y mayormente por el antisemitismo que aumentaba en el Viejo Mundo.
Destacados judíos de distintos orígenes se reunieron en Basilea, una importante ciudad suiza, liderados por el periodista judío austro-húngaro Theodor Herzl, conocido como el Primer Congreso Sionista, en 1897.
En los preparativos para el evento (reconstruído en un escenario en el Museo Herzl, en Jerusalén), aquel que vendría a ser el brazo derecho de Herzl y vicepresidente de la Organización Sionista, el empresario lituano David Wolffsohn, tuvo una inquietud: ¿qué bandera permanecería en el salón del Congreso? Un encuentro de ese tipo no podría realizarse sin un símbolo. En sus escritos, Wolffsohn explicó que éste ya existía. “Ya tenemos una bandera, y es azul y blanca. El talit (manto judío de oraciones) con el que nos cubrimos cuando oramos: ese es nuestro símbolo. Vamos a sacarlo de la bolsa y a desenrollarlo ante los ojos de Israel y de todas las naciones.”
Wolffsohn encargó una bandera con los colores del talit e indicó que colocaran en el centro un sñimbolo presente en la historia de los judíos a los largo de milenios: la Magen David, conocida como la Estrella de David, con un significado muy amplio: además de que los guerreros de ese rey de Israel la exhibieran en sus escudos, ella ya estaba presente en las sinagogas y en las tapas de la Torá – aunque décadas después, en la época de la II Guerra Mundial, fuera motivo de miedo y humillación, lo que los mismos judíos revirtieron.
La Estrella simboliza, a través de sus seis puntas, que Dios reina por sobre todo (en los cielos), abajo (el pueblo) y en los cuatro puntos cardinales (el mundo físico). La de la bandera del Congreso Sionista tenía en el centro la figura de un león, símbolo de la tribu de Judá. “El símbolo tenía el nombre de David, que siempre confió en el Reino de Dioa en todos los lugares del mundo y, por esa razón, no les tenía miedo a los reyes de carne y hueso”, justificó Wolffsohn.
Cuando el Estado de Israel fue oficialmente establecido en 1948, después de los horrores del Holocausto, el nuevo país adoptó una bandera de diseño más simple, basada en la del Congreso Sionista. La misma que vemos agitándose representando no solo a Israel, sino al orgullo del pueblo judío alrededor del planeta.
“Habló el Señor a Moisés y a Aarón, diciendo:
Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán.” Números 2:1-2
Símbolo de guerreros
La Estrella de David y la bandera israelí representan un pueblo que dejó de ser víctima. Las fuerzas armadas de Israel son respetadas en todo el mundo. Nuevamente, los guerreros descendientes de Abraham la exhiben en sus uniformes y equipos, en conflictos armados que están lejos de terminar.