¿Quién nunca vibró de alegría cuando comenzó a sonar su canción preferida? ¿O se sintió más animado después de oír una canción alegre? ¿O aquella canción tranquila para relajarse?
Como lenguaje universal, la música tiene una función terapéutica para estimular el bien, pero también puede servir para instigar el mal, y es exactamente eso lo que la canción “Gloomy Sunday” (“Domingo Sombrío”) hace. Ella se hizo conocida por estar relacionada a más de 100 casos de suicidio en Hungría, incluyendo la muerte del propio compositor Rezso Seress.
Conocida como “canción húngara suicida”, fue escrita porque Seress sufrió el rechazo de la novia. Y cuando Pál Kálmar interpretó la canción, muchos suicidios sucedieron, por eso su reproducción fue prohibida.
Sin embargo, los años pasaron y la canción nunca fue olvidada. Debido a su letra completamente depresiva, siempre es recordada cuando sucede algún caso de suicidio que involucra canciones melancólicas y tristes.
El alimento del alma
La música es un gran motivador de emociones, ella puede potencializar sentimientos. Y una gran prueba de eso son las escenas tristes o felices en las películas, resaltadas con un fondo musical, y que simplemente no tendrian la misma emoción sin la banda sonora adecuada.
En su blog, el obispo Renato Cardoso explica que la música es como un tipo de anestesia o un motivador de tareas. “Me he dado cuenta de que muchas personas, especialmente los más jóvenes, usan la música como un tipo de anestesia. No logran lidiar con el silencio. Si no tienen una banda sonora cuando despiertan, en el camino al trabajo o a la escuela, en el auto, en la oficina, en la cama, en el baño, no logran hacer nada. No hace falta decir que el que practica estas cosas no tiene realmente el control de su vida. Quien la controla son los sentimientos generados por la música que escucha y las rutinas que vive. Porque no hay tiempo ni silencio para detenerse, concentrarse, pensar, cuestionar, crear, planear, es decir, para usar la razón y ejercitar la mente”, aclara.
El ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios y forma una trinidad: el cuerpo, el alma y el espíritu. Y así como el cuerpo necesita alimento y el alma amor, el espíritu también se alimenta y se desarrolla. Por eso, siempre preste atención a lo que dice la letra de una canción, en lo que usted le ha ofrecido como alimento a su espíritu. Use su razón, su inteligencia, para presentar a Dios un culto inteligente y racional, como Dios espera recibir.
Si usted se ha sentido triste y angustiado, busque una Universal más cercana a su casa y participe en una reunión de fe. Ingrese aquí para ver la dirección.
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