Aquí te damos algunos tips para sacar el mayor provecho de tu exfoliador y como beneficiará esto a tu piel.
Si estás en busca del secreto para lucir una piel saludable, ésta es la exfoliación. En la actualidad muchas compañías nos presentan distintos productos y líneas de cuidado dermatológico como lo último en tecnología en peelings, productos dermoabrasivos químicos, y cremas para hacer que tu piel luzca más joven por más tiempo. Pero la verdadera clave para mantener una apariencia fresca puede ser tan sencilla como una exfoliación regular. Estos son los puntos que debes saber:
Beneficios instantáneos:
Inmediatamente después de usar un exfoliador en tu piel, esta será mucho más radiante y suave. Esto es debido a que has removido la delgada capa de células muertas que se acumulan a lo largo del día. Eliminar esta piel muerta evitará que se tapen los poros lo que podría ocasionar barros, espinillas, o aún peor, acné. Esta limpieza de la capa superior de la piel elimina también el exceso de grasa y suciedad, y ayuda también a reducir la apariencia de finas líneas de expresión.
Beneficios a largo plazo:
La piel que ha sido tratada apropiadamente a través de los años lucirá más joven y saludar a medida que envejece. Hay ciertas cosas que no podemos controlar acerca de nuestra apariencia, pero en esta área podemos realmente causar un efecto positivo. Ya sea diaria o semanalmente, la remoción de las células muertas y residuos ambientales mantendrá tu piel resplandeciente y retardará notablemente la aparición de signos de la edad visibles. Este hábito también puede ayudar a tratar el acné, ya que el mantener los poros sin obstrucciones elimina una de las causas principales de la aparición de este padecimiento tan molesto.
Cuándo y cómo realizarla
Tu tipo de piel es el que definirá la frecuencia del uso de un exfoliador en tu rostro, ya sea comercial o una receta casera. Si tienes piel muy seca, es bueno remover cualquier apariencia escamosa, pero es recomendable no excederse con este método pues esto podría causar una mayor irritación y agravar el problema. Opta por usar un exfoliador suave una vez a la semana. Pero tienes piel grasa pude resultar beneficioso usar un exfoliador una vez al día para asegurarte de que los residuos lípidos no se acumulen. Si en cambio tienes piel normal o mixta trata de usar un exfoliante dos veces por semana o en días alternados para no irritar la piel. También puedes hacer variaciones en esta rutina dependiendo de la estación. Por ejemplo, en el verano con el calor y la humedad (sin mencionar la contaminación ambiental y otros tipos de polución) la exfoliación más frecuente te ayudará a eliminar la suciedad de tu piel y a no lucir una piel más mate y fresca.
¿Qué tan fuerte debe ser?
Hablando en términos generales, debes consultar el uso de un exfoliante intensivo con tu dermatólogo. Pero existen una gran variedad de exfoliantes suaves disponibles en las farmacias o supermercados que no te costarán una fortuna. Incluso algo tan simple como el uso de una fibra o guante exfoliante especial podría resultarte bien (muchas marcas manejan ya distintos tipos de esponjas, guantes o telas exfoliantes que puedes usar diariamente incluso a la hora de la ducha). Una opción muy económica que además está entre los favoritos de los expertos en belleza es el exfoliante de chabacano de St. Ives. También puedes encontrar productos orgánicos o completamente naturales que usan granos de azúcar y aceites esenciales para remover las impurezas. Incluso, si así lo prefieres, puedes optar por hacer tu propia mascarilla exfoliante. En conclusión, debes empezar con una rutina de exfoliación suave y progresiva hasta que encuentres la que mejor se adapte a tus necesidades específicas, como tu tipo de piel y actividades diarias.