Tan funcional como el básico negro, no se puede negar que la chaqueta de jean es una solución básica. Después de todo, acompaña magistralmente encajes, vestidos, polleras, animal print y lo que su imaginación desee, además, claro del “total jeans”.
La prenda queda bien no solo con lo básico del armario, como el antiguo y buen jeans, sino también con pantalones y polleras estampadas, y de colores fuertes. Clásica en los looks casuales, sorprendente en looks fashionistas y asegura un toque de diversión y alegría en la justa medida. Solo debe evaluar si la combinación de las prendas no será demasiado informal para usar en determinadas ocasiones.
Con ella, no hay mal tiempo, literalmente: puede hacer parte de looks con cárdigan, buzos, suéter o incluso con blazer. “¡La prenda es súper versátil! Podemos usarla en verano, en invierno, durante el día o la noche. No se equivocará, porque combina con todo. De hecho, el jean en sí tiene esa ventaja. Y es muy difícil encontrar a alguna persona, independientemente de su estilo, que no le guste esta prenda”, dice la asesora de imagen y estilo Priscilla Alves.
La chaqueta de jeans existe hace décadas y se sospecha que su autoría está dividida entre dos marca de peso: Levi’s e Lee. Algunos dicen que fue Levis Strauss quien creó la compañera perfecta para el pantalón de la misma tela, pero están los que consideran a David Lee como el gran inventor de la prenda, que se habría convertido en el uniforme ideal para los trabajadores estadounidenses de las minas de carbón, los mecánicos y los maquinistas, a mediados de los años 1920.
Pero, aún sin estar seguros de quién fue su creador, ya ganó adeptos hace mucho tiempo. En la década de 1940, vestía a motoqueros; en las décadas siguientes, era muy usada durante movimientos populares, como el de los hippies (en los años 1960). Hasta que cayó en la gracia de nadie menos que Calvin Klein. El estilista le dio un nuevo uso a la prenda al llevarla a las pasarelas y la convirtió en un ítem de moda a mediados de los años 1970. Desde entonces, la chaqueta conquistó un espacio cautivo en el armario femenino, sobrevivió a las tendencias y se adaptó de forma flexible a diferentes estilos y looks.
Cambio
Hoy, los modelos se dividen en diferentes tipos de lavados, de las más claras a las más oscuras hasta llegar al tie dye (con varios tonos). Los shapes, a su vez, se presentan más ajustados o oversized (modelo nostálgico de la década de 1990). “Las chaquetas en los tonos más oscuros y lavado tradicional son más fáciles de combinar. Pero en los tonos más claros, es mejor usarlas durante el día o en situaciones informales”, aconseja Priscila.
¿Y por qué no diferenciar la prenda? Personalizarlas con broches, piedras, perlas y tachas aumentan las posibilidad de hacerlas exclusivas.
Indispensables
Democrática e ideal para el día a día, la prenda puede acompañar pantalones para looks más confortables. Hay que huir de las repeticiones y animarse a acompañarla con zapatos.
Irreverente
Apostar a los largos, de las otras prendas, diferentes de los de la chaqueta sorprenden aún más, haciendo el look más sofisticado.
Jeans con jeans
La clásica camisa blanca puede usarse por abajo o la chaqueta puede ser elegida como protagonista al usarla cerrada. Pero a pesar de que no haya reglas en cuanto a la combinación el consejo de nuestra asesora es bienvenido. “Aunque sea jeans con jeans, es necesario tener cuidado para que no quede como un conjunto. Lo ideal es apostar a tonos diferentes.”
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