¿Alguna vez quiso colocar en practica algo que leyó o vio? Tal vez, de inmediato, su respuesta sea “no”, pero la verdad es que todos los seres humanos son influenciados de algún modo, sea de forma positiva o sea de forma negativa, por lo que ven y oyen. Recientemente, algunos casos se conocieron en los medios. Una mujer murió después de ser agredida más de 123 veces por el novio cuando intentaban reproducir la escena de la película 50 Sombras de Grey. A principios del año, un estudiante fue detenido, acusado de agresión sexual por intentar imitar una escena de la misma película con una joven de la facultad donde estudiaba.
¿Por qué muchas personas llegaron a cometer atrocidades por causa de lo que ven? “Porque aquellos que poseen un yo más frágil pueden terminar moldeando sus identidades en función de los modelos encontrados en novelas y películas. Eso refleja una vulnerabilidad en el comportamiento”, responde el psicoanalista Lucas Nápoli dos Santos.
Él dice que su experiencia profesional y las propias teorías psicológicas muestran que las reacciones interpersonales nos generan un gran impacto sobre la manera que pensamos y nos comportamos. “Por eso, los contenidos que absorbemos también influencian y revelan quiénes somos”, afirma el especialista.
La formación de nuestra mente, es decir, de nuestra subjetividad, es producto de una serie de factores de orden biológico, social y cultural. Hay estudios que evidencian que todos tenemos una tendencia casi irresistible de pensar y comportarnos según con lo que absorbemos por medio de libros, películas, televisión y revistas. “Eso muestra lo cuánto somos propensos a dejarnos influenciar por medios en los que vivimos y es necesario atención”, explica el psicoanalista.
El lado negativo de la influencia
Viviane Rodrigues Marques, de 22 años, (foto de al lado) vivió el lado negativo de la influencia de los medios. “Desde niña, yo nunca estuve satisfecha conmigo. Creé un nivel en el que me comparaba con las celebridades y, por eso, no era feliz. En la vida sentimental, exigía que mis compañeros fuesen como los personajes de las películas. Intentaba traer la ficción a la vida real”, cuenta la joven.
Por actuar así, Viviane pasó por muchas frustraciones. “En mi apariencia, fui exigente conmigo misma, gastaba horas en el gimnasio. Mi salario se gastaba en ropas y zapatos. Tenía bulimia. Buscaba el extremo”, recuerda.
Como nada le salía bien, Viviane reflexionó sobre el motivo que la llevaba a querer ser igual a aquellas personas. “Percibí que las admiraba sin al menos conocerlas. Comencé a investigar sus vidas y era otra realidad. Sus matrimonios eran un fracaso y eran depresivas. Entendí que era tan solo una “imagen”. Necesitaba observar la vida real y busqué eso por medio de la fe”, cuenta.
Ese cambio ocurrió hace cuatro años, cuando ella decidió buscar ayuda. Caminando en la calle, vio una Universal y entró para conocer el trabajo. “Yo necesitaba cambiar y lo quería hacer rápido. Buscaba una influencia positiva y comencé a participar de las reuniones. Encontré en Jesús a mi verdadero referente. Salí de aquella prisión de querer ser lo que los medios muestran y comencé a vivir la realidad. Hoy soy feliz conmigo misma”, concluyó Viviane.
Tomando la historia de la joven como ejemplo, el psicoanalista Lucas Nápoli destaca la importancia de desarrollar criterios para no ser influenciados de forma negativa. “La mejor manera de utilizar los medios a nuestro favor es invirtiendo primeramente en nuestra madurez, pues a medida que crecemos, nos volvemos capaces de optar por aquello que nos hace bien, que nos edifica y lo que nos hace mal”, concluye.
¿Quién ha sido su referencia?
Un estudio realizado por la Universidad de San Pablo (USP) reveló que el estándar de belleza impuesto por los medios de comunicación causa insatisfacción corporal a los jóvenes.
La facultad de Medicina de Dartmouth, en Estados Unidos mostró, incluso, que las escenas de humo en los largometrajes, por ejemplo, hacen a los adolescentes más propensos al tabaquismo.
Por eso, usted tiene el poder de elegir qué tipo de referencia desea tener en su vida. Lo que ve, dice mucho sobre quién es usted. Entonces analice: ¿será que los contenidos a los cuales usted tiene acceso son saludables para su mente o solo traen comportamientos negativos?
Busque buenas referencias, que lo hagan sentirse bien. No se olvide de que esa es su responsabilidad. El escritor y conductor Renato Cardoso da un consejo valioso. “¿Qué ha leído? Pese todo lo que ve y escucha. Pese a todas las personas con quienes usted se asocia o admira. Ellos pueden hacer que se equivoque o acierte”, concluye.
Prevéngase contra la mala influencia
– Intente conocerse: observe los efectos provocados en usted por los diversos tipos de contenidos en corto, medio y largo plazo.
-Invierta en su madurez: solo las personas maduras prueban la seguridad necesaria para tener acceso a todo y retener solamente lo que les hace bien.
-No se deje llevar por los preconceptos: usted puede encontrar cosas buenas en los contenidos que juzga aparentemente tontos o malos.
– Sea crítico: evalúe lo que usted lee, ve y consume teniendo en cuenta como parámetros los valores en los que usted cree.
– Evite los excesos: busque variar los tipos de contenidos que usted tiene la costumbre de ingresar para evitar sutiles procesos de idealización y fanatismo.
– Busque valores: sepa diferenciar si aquello que usted está viendo es bueno o malo para su vida. Analice si eso le sumará algo o no.
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