Comer, comer, comer y después arrepentirse al punto de tomar un laxante o provocarse el vómito, o simplemente dejar de comer y de beber agua. En cualquiera de esos trastornos alimenticios el tratamiento debe ser específico y contar con distintos frentes, como psicológicos, psiquiátricos, nutricionistas, entre otros.
La psicóloga Roseleide da Silva Santos explica que la anorexia y la bulimia afectan tanto a hombres como a mujeres. “Antes predominaba en las mujeres pues no había investigaciones y diagnóstico entre hombres. Hace 15 o 20 años las investigaciones detectaron casos masculinos, pero la mayoría aún es femenina.”
Además, los síntomas se volvieron más precoces. “Era común a los 16 años, hoy ya hay casos en niñas de 11 años, lo que compromete todo su crecimiento.”
La psicóloga afirma que tanto en la bulimia como la anorexia las personas se ven diferentes de lo que realmente son. “Ellas se miran al espejo y se sienten peores de lo que ven, y lo que ven no corresponde con lo que sienten. Es una distorsión corporal.”
Eso sucede porque persiguen un cuerpo delgado, independientemente de lo que tengan que hacer para llegar a su objetivo. “Ellas quieren ser delgadas porque creen que, para ser personas exitosas, ese es el factor que hará la diferencia, a pesar de que existen otros aspectos además del social”, aclara Roseleide.
Hay factores en común que desencadenan los dos problemas. “Primero la persona no reconoce que eso es un problema, pero piensa que es una opción de vida. Después tiene una imagen corporal inadecuada, no se siente amada, tiene su autoestima frágil, piensa que no tiene influencia social y familiar, y es vulnerable. Cree que haciendo eso tendrá la tan soñada reputación.”
Para identificar a alguien cercano con alguna de esas enfermedades, es necesario observar algunas actitudes. “Generalmente, la persona tiene una aparente pérdida de peso, en el caso de anorexia. En relación a la bulimia, estará mucho tiempo sin comer y, cuando come, es sin límite, por eso notará la desaparición de gran cantidad de comida, además de tener dolor de estómago”, diferencia la psicóloga.
Anorexia y Bulimia
La psicóloga también destaca otras diferencias entre las dos enfermedades. “Yo considero a la anorexia más grave, porque la persona no come nada, se queda delgada y aún piensa que está gorda. No ve la gravedad, ya que con eso está alcanzando su objetivo, que es ser cada vez más delgada.”
En el caso de la bulimia, los problemas son otros. “La persona tiene compulsión por la comida. Inmediatamente, se siente culpable por haber comido tanto. Por lo tanto exagera al tomar un laxante, que consume con frecuencia, además de provocarse los vómitos. Eso puede traerle problemas al estómago, además de dolores, incomodidad y otras enfermedades”, destaca Roseleide.
La familia
Las personas con anorexia o bulimia, generalmente, lo mantienen oculto a sus familiares, pero aún así es posible verlo. “A partir de allí, los padres necesitan buscar ayuda profesional para saber como deben conducirse. Habrá un estudio de la situación para entender por qué está sucediendo y después será analizada una forma para traer a la persona a su realidad.”
Traerla a la realidad es el punto clave de la cuestión. “En el caso de la persona con bulimia es más sencillo, pues es capaz de reconocer su sufrimiento y tiene más disposición. Sin embargo, la anorexia, como no presenta ninguna incomodidad y lo que quiere es adelgazar, es más difícil hacerla entender la gravedad.”
Claro que esas enfermedades son graves, pero hay una manera de establecer una vida saludable y adecuada. “Ambas son tratables y es posible recuperarse, con episodios de recaídas por ser trastornos psiquiátricos y psíquicos”, finaliza Roseleide.