Es fácil ver en las calles a grupos de jóvenes caminando con vasos en las manos o cerca de alguna discoteca, consumiendo bebidas alcohólicas antes de entrar a “disfrutar la noche”, como dicen. Pero, ¿qué es lo que los lleva al alcohol?
La psicóloga Izabel Santa Clara explica que el alcohol puede traer problemas muy serios, más de lo que se imagina. “Es un grave problema de salud pública, que puede comprometer la vida personal, familiar, social y laboral del usuario”.
Según ella, la adolescencia es una fase de diferenciación, que hace que el joven busque afuera del sistema familiar otra identidad. “Es en este proceso de distinción que busca también una igualdad con su grupo de amigos, nuevos valores van siendo agregados y los evaluará, dentro de su inmadurez, por qué necesita ser igual, para sentir que pertenece a aquel grupo. Con el alcohol no es diferente”.
Y para sentirse cada vez más parecido a sus amigos, los jóvenes consumen bebidas alcohólicas, que reduce el nivel de ansiedad. “El alcohol da la sensación de disminuir la presión de los amigos, da la sensación de omnipotencia, que es la característica de la juventud, causa desinhibición”, dice Izabel.
Y este acceso a la bebida alcohólica se da por diversos motivos. “El bajo costo y el fácil acceso, juntamente con la falta de control en la oferta y en el consumo de los productos que contienen alcohol, la propaganda dirigida al público más joven y principalmente la ausencia de límites sociales, llevan al contacto del adolescente con la bebida, y lo peor, cada vez a más temprana edad”, señala la psicóloga.
Otras consecuencias del consumo de alcohol son los cambios emocionales y de comportamiento: “la excitación psíquica, la euforia, la falta de capacidad crítica, la confusión, la alteración de la capacidad motora, el aumento de la violencia, entre otras. Cuando el consumo se vuelve crónico, estos síntomas quedan aun más comprometidos y agravados, manifestándose de una manera más exacerbada, siendo muchas veces, una puerta de entrada para otras drogas, sin olvidar que el metabolismo de las personas más jóvenes hacen que los efectos de la bebida sean potencializados”, comenta Izabel.
El papel de los padres
La psicóloga resalta que cada caso es diferente al otro, pero los padres siempre deben orientar y participar en la vida de sus hijos, conociendo a sus amigos y a la familia de ellos. “Solamente prohibir no sirve. El acercamiento a la vida del adolescente facilita el diálogo, en el caso de que exista un problema como el alcoholismo. Cuando el problema se instala de forma efectiva, lo ideal es buscar una ayuda especializada, tanto para el adolescente, como para su familia”.
¿Qué causa este consumo desenfrenado?
Varios son los factores que pueden llevar a una mujer a consumir alcohol. La soledad, el maltrato en el hogar, el abandono, son algunos de los problemas que se buscan tapar con el consumo de bebidas alcohólicas.
Paola Franco odiaba a su mamá porque cuando tenía un año y tres meses, ella la había abandonado. Entonces vivía con su papá, pero él era muy violento. “Perdimos la casa y nos fuimos a vivir a Paraguay, allá él me dejó en la casa de mi abuela donde pasé necesidades y sufrí agresiones. Pasaron años y regresó por mí para volver a Argentina, entonces todo empeoró. Vivía en casa de amigos y una vez intentaron abusar de mí”, recuerda.
Pensaba en suicidarse, no veía una salida, entonces comenzó a tomar, a fumar y a consumir marihuana. Cuando quedó embarazada. el padre de su hija se fue y una vez más fue abandonada. Como ella no quería la misma vida para su hija, decidió irse de su casa y buscar a su mamá.
Para su sorpresa ella iba a la Universal y la invitó a la FJU. Ahí su vida fue cambiando, aprendió a perdonar, venció el odio y la tristeza y la relación con su familia cambió. “Abandoné los vicios, el nerviosismo desapareció y hoy tengo paz y soy feliz”, finaliza sonriendo.
Sea libre de los vicios, participe de una reunión este domingo a las 15 hs. en Av. Corrientes 4070 – Almagro
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