“… hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor…”. Efesios 5:19
Palabra 13.º “Hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales”: es una revelación muy linda que Dios nos da sobre comunicarnos. Observe los detalles:
Hablar con salmos significa no olvidar de dónde Dios nos sacó, de detrás de las ovejas rechazadas, y hablar de los libramientos divinos, como el del salmista David, que en sus salmos (oraciones) reconoce que nunca mereció ser elegido y ungido por Dios como Su siervo. Sin embargo, a causa de su corazón sincero y su deseo de agradarlo y de hacer lo que es justo, Dios lo ungió. Luego, a pesar de su error, de su grave pecado, él se arrepintió y le fue restaurada la mayor alegría, que no era la de haber sido ungido como rey, sino la de ser siervo del Dios vivo.
Hablar con himnos significa hablar sobre nuestro proceso de conversión, sobre nuestro nuevo nacimiento, sobre cómo fue necesario el arrepentimiento sincero, el bautismo en las aguas y morir para nuestra voluntad, nuestras vanidades y nuestros planes personales. También sobre cómo fue crucial dejar de practicar una fe y una religión tradicional, sectaria y ciega para seguir al Señor Jesús como nuestro único Señor y Salvador.
Hablar con cantos espirituales significa hablar de la novedad de vida, del bautismo con el Espíritu Santo, que marca un antes y un después en nuestra naturaleza (antes éramos carnales, ahora somos espirituales), y entender la mente, la voluntad, las enseñanzas de Jesucristo. También es hablar de la esperanza de ser arrebatado en un abrir y cerrar de ojos, cuando Lo encontremos en las nubes, si vuelve en nuestros días; o de morir e ir a Su encuentro en el Cielo de Dios, porque estamos seguros de nuestra Salvación.
Palabra 14.º “Cantando y alabando con vuestro corazón al Señor”: quiere decir que no hay por qué lamentarse, murmurar, maldecir, mentir, amenazar, juzgar o condenar. Debemos cantar y alabar con el corazón, que es hacerlo sin duda, sin miedo a las persecuciones, a los problemas, a las dificultades, a las humillaciones, a las amenazas y a los insultos que sufriremos a causa de nuestra fe, comunión y Salvación.
Cuando el Espíritu Santo menciona que hay que cantar y alabar al Señor con el corazón, Él está llamando la atención al hecho de que Dios observa lo que sale de nuestro corazón. Si con la boca cantamos y alabamos, pero con el corazón juzgamos, somos orgullosos, guardamos rencor, sentimos envidia del prójimo, dudamos de la Palabra de Dios y deseamos cosas malas, no sirve de nada nuestra adoración verbal, porque esta comienza en un corazón sincero, humilde, grato, obediente y fiel a Dios en cualquier circunstancia.
Obispo Júlio Freitas
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