Dice la fábula que un pajarito volaba hacia el sur, con el fin de prepararse para el invierno. En el camino, encontró una fuerte tormenta de nieve. Sin embargo, el frío era tan intenso que el pequeño pájaro casi se congeló y cayó en el suelo. Mientras estaba allí acostado, sin poder moverse y casi muerto, una vaca que pasaba por el lugar defecó sobre él.
Como resultado, el calor de las heces lo mantuvo caliente y aislado del frío. El pequeño pájaro comenzó a notar cuán caliente estaba y, por eso, comenzó a cantar de felicidad. Cantó tan alto que llamó la atención de un gato que pasaba cerca del lugar.
De esta manera, al escuchar el canto, ese gato siguió el sonido hasta encontrar al pequeño pájaro. Al ubicarlo, inmediatamente trató de sacarlo del lugar y comenzó a limpiar toda la suciedad que lo envolvía. En seguida, el gato tomó al ave limpia, la colocó en su boca y… ¡Se la comió!
¿Qué podemos aprender con esta historia?
– Muchas veces Dios permite que algo aparentemente malo nos suceda para bendecirnos con algo mucho mayor y mejor
La Biblia nos da varios ejemplos de eso. Fue el caso de José, que fue vendido como esclavo por sus hermanos. Aparentemente, sus hermanos le hacían un mal. Si no hubiera sido por eso, José no se habría convertido en el gobernador de Egipto y no habría salvado a sus hermanos y a sus padres del hambre que asolaba la tierra de Canaán (Génesis 37 al 45).
Es decir, todo eso formaba parte del propósito de Dios en la vida de José y de su pueblo.
Jacob también. Él se sintió engañado y traicionado cuando Labán le entregó a Lea en lugar de Raquel, a quien amaba. Él no lo sabía, pero Lea era la mujer escogida por Dios para generar su descendencia, de la cual nacería nuestro Salvador, el Señor Jesús (Génesis 29).
-No siempre quien lo saca del agobio es su amigo
El pasaje en el que Pedro reprende a Jesús ilustra bien eso.
Cuando Jesús alertaba a los discípulos sobre lo necesario que era que Él fuera a Jerusalén y que allí moriría y resucitaría al tercer día, Pedro inmediatamente le contestó y le dijo que de ninguna manera eso podría suceder.
Sin embargo, esa voz era la voz del diablo que quería impedir que el plan de Dios para la Salvación de la humanidad se cumpliera. Por lo tanto, no se deje engañar por favores y palabras que agradan al ego. Esto no siempre proviene de una buena intención.
-No haga alarde ni cante sus victorias por los cuatro vientos
No sea ingenuo. Lamentablemente son pocos los que, de hecho, les causa felicidad el éxito ajeno. Cuando usted hace eso, llama la atención de personas envidiosas y mezquinas, que solo le desean el mal al prójimo y alientan su fracaso. Sea prudente, disfrute de su felicidad con discreción.
Siga el consejo de Salomón:
“El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina.” Proverbios 13:3
Transforme su vida: actúe diferente
En la vida, muchas veces actuamos como ese pequeño pájaro de la fábula. Pero, si usted desea transformar su historia, sea sabio y actúe diferente. Aprenda a posicionarse en toda y cualquier situación. Ya sea en las adversidades o en las conquistas.
Si actualmente pasa por un desierto, aproveche el momento para estrechar su relación con Dios. De Él vendrá su socorro.
Si disfruta de las bendiciones sin medida que Él prometió, no existe la necesidad de que lo grite a los cuatro vientos. A no ser, por supuesto, si fuera para contar su testimonio de transformación para glorificar a Dios.
Fuera de eso, mantenga la boca cerrada. Su vida hablará por usted.
Si está en búsqueda de éxito económico, en la vida amorosa, necesita fortalecerse espiritualmente, o desea un cambio en cualquier otro ámbito, encuentre aquí la dirección de la Universal más cercana a usted, acérquese, participe de las reuniones que se realizan diariamente y entérese cómo eso es posible.