Hay diferentes tipos de perdón:
-El perdón emocional, que significa perdonarse a sí mismo o perdonar a nuestros familiares, que son los que más nos hieren, con su manera de ser o por querer imponer su punto de vista. Este perdón es necesario, porque sin este la persona se muere de a poco.
-El perdón Divino, que es el perdón de Dios. Este se otorga cuando la persona reconoce su error. Dios es tan maravilloso que echa en el mar del olvido nuestros pecados y nuestro pasado. En otras palabras, Él no recuerda lo que hicimos por el hecho de haber reconocido, confesado y abandonado lo que está mal.
-El perdón social, que es perdonar a las personas que lo hirieron y lo decepcionaron, independientemente del vínculo que tenga con ellas. El perdón social es necesario, Dios habla sobre perdonar incluso a quienes no conocemos, con los que no hay intimidad ni lazos familiares, sino sociales.
Hemos atendido casos de personas que guardan rencor hacia alguien que ya falleció, y hacia otras que ni siquiera saben su nombre. Esto es muy triste y peligroso, porque Dios compara al que guarda rencor con un asesino.
En Tito 3:3 dice lo siguiente:
«Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios…»
Este versículo libera al pecador arrepentido y sincero, porque dice que este no debe ser necio y que no debe tomar decisiones por lo que ve, escucha o siente, sino que debe analizar los hechos, ser adulto en la fe.
«… desobedientes…»
Nadie puede obedecer a Dios por otra persona. Es la misma persona la que debe tomar la decisión de hacerlo. Ella es la que debe tomar la decisión de obedecer, creer y confiar en lo que está escrito, siendo un ejemplo para los que la rodean.
«… extraviados…»
Hay quienes desean seguir su propio camino. Dios respeta el libre albedrío, por lo tanto, el poder de decisión es de cada uno. Sin embargo, los demás caminos conducen a la frustración, a la destrucción y a la condenación.
«… esclavos de deleites y placeres diversos…»
Los deleites y los placeres tienen el poder de convertir a las personas en esclavas y llevarlas a la total destrucción. Jesús dijo que con solo mirar y desear a una persona ya estaría pecando, porque alimentó esa fantasía. Es necesario no perder el equilibrio para no entregarse a estos deleites y placeres.
«… viviendo en malicia y envidia…»
La palabra malicia proviene de la palabra mal, a su vez, esa palabra tiene origen en la palabra pecado. La persona maliciosa solo ve el lado negativo de las cosas. Y la envidia es codiciar lo que el otro tiene. Eso Le desagrada a Dios.
Está escrito que en los últimos tiempos los hombres serían avaros y vanidosos, que se preocuparían más por la apariencia, por lo exterior, que por lo de adentro. Y lo que más causa envidia son las cosas de afuera.
La envidia y el compararse con los demás no le hace bien a nadie. Es necesario estar en paz y estar contento con lo que se tiene, sin dejar de ejercitar la fe.
El versículo concluye de la siguiente manera:
«… aborrecibles…»
Significa que, si algo sale diferente de lo que la persona planeó, eso la desanima, se molesta, pierde la paz, como también juzga y les quita la paz a los demás. Es necesario que resuelva este problema interior lo antes posible, antes de que sea demasiado tarde.
«… y odiándonos unos a otros.»
Mire hacia su interior, si hay odio, perdone, haga su parte, porque odiar es algo terrible para Dios.
Jesús dijo que necio es el que escucha la Palabra y no la practica, en cambio, sabio es el que escucha y obedece la Palabra.
¡Seamos sabios!
Participá este domingo a las 9:30 h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a vos. Otros horarios: 7 y 18 h.