Juan: «Mi vida fue muy dura. De chico sufrí violencia familiar en mi casa. La separación de mis padres me llevó a tener depresión y a crecer con angustia por su ausencia. Incluso, muchas veces fui a buscarlos, pero ellos me rechazaron.
Mi padre tenía vicios de alcohol y mi madre no me prestaba atención. Por eso, solo pensaba en crecer para poder trabajar y sustentarme por mis propios medios.
A raíz de esa situación, me involucré con personas mayores que me llevaron a los vicios. Creía que drogándome o bebiendo alcohol escaparía de esa vida.
Eso me llevó a la angustia y a la depresión. En dos ocasiones intenté formar una familia con el objetivo de ser feliz, pero fue un desastre. Nada llenaba mi vacío.
Siempre me invitaban a participar de las reuniones de la Iglesia Universal, pero yo rechazaba las cosas de Dios porque había sido víctima de las noticias falsas.
Si escuchaba alguna publicidad de la Iglesia en la radio, la apagaba. Creía que ahí te robaban la plata. Incluso, cuando llegué a la iglesia por primera vez, le pregunté al pastor si lo que predicaba era verdad o era mentira. Él me dijo que probara e hiciera la campaña.
Empecé a participar de las reuniones de los viernes y entendí que solo creyendo en la Palabra de Dios, poniéndola en práctica y tomando buenas decisiones mi vida podía cambiar.
Así fue como llegó la transformación. Logré lo más importante que fue mi liberación y recibí al Espíritu Santo. Hoy no necesito nada más, me siento realizado, completo, en paz y tranquilidad. Nació en mí el amor por las almas, tengo una hermosa familia, estoy casado con una mujer de Dios y disfrutamos de nuestros hijos. Todo eso fue posible al perseverar en las reuniones de la Iglesia Universal».
El asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. Rawson 435, Trelew, Chubut.
LA VERDAD QUE LIBERA
Cuando crucificaron al Señor Jesús, lo hicieron entre dos ladrones y en un lugar visible, para que todos los que miraran al Calvario pensaran que, naturalmente, Él también era un hombre malo. Esa fue una estrategia de comunicación con el fin de difundir una noticia falsa e influir en la opinión pública.
En la actualidad, el mal sigue repitiendo el mismo método contra la Iglesia y el Evangelio. Por eso, muchas personas, antes de llegar a la Universal, dudaron por un tiempo debido a que escucharon diversas fake news (noticias falsas) en los medios de comunicación.
Sin embargo, Jesús dijo en Juan 8:32: «Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Esto significa que la mentira esclaviza y limita a sus víctimas.
Por eso, si a tus oídos llegaron noticias negativas, te invitamos a que te acerques a la Iglesia Universal más próxima a tu domicilio y descubras la verdad que te hará libre. ¡Te esperamos!