Carolina, a pesar de tener una profesión, no lograba vivir de ella. “Trabajé gratis durante tres años en unos tribunales, donde me habían prometido un cargo. Sin embargo, nunca se cumplía. Aprendía muchísimo en ese lugar, pero necesitaba prosperar”, recuerda.
Esta situación la obligó a depender económicamente de su esposo. Al respecto, detalla: “Él me daba dinero, pero yo no quería eso. Aunque me decía que no me preocupara y que no trabajara, yo anhelaba tener mis propios ingresos y ejercer como abogada, la carrera por la que tantos años había estudiado”.
“Entonces, decidí participar de la reunión de prosperidad en la Iglesia Universal de Lomas de Zamora. Un lunes, mientras estaba allí orando y Le pedía a Dios una respuesta, Él me indicó que tenía que dejar de trabajar gratis e independizarme. Incluso, me mostró un estudio jurídico donde me vi trabajando. Ese mismo día, decidí seguir su guía”, relata.
Fue entonces cuando dio un paso de fe. “Fui a los tribunales y le dije a la jueza que renunciaba”, recuerda y añade: “Ella cuestionó mi decisión porque el cargo ya estaba en trámite para su efectivización.
Sin embargo, así fue. Renuncié y empecé a buscar un lugar para ejercer sola”.
“Imprimí folletos, los presenté en el Altar de Dios, los repartí, los pegué en los postes de luz, en los negocios, y poco a poco, di a conocer mis servicios. También me animé a hacer ‘videos virales’”, señala.
Esa valiente decisión, fruto de la obediencia y de la fe en Dios, pronto dio resultados. “Hoy mi estudio es conocido, cuento con muchos clientes y es una secretaria quien atiende los cobros y las entrevistas”, asegura Carolina.
“Desde el 2022 que asisto a las reuniones de Prosperidad con Dios y, gracias a eso, avanzamos en la vida económica. Con mi esposo pudimos adquirir el departamento que soñábamos, con vista al río, en una zona céntrica. También conquistamos dos autos 0 km, uno para cada uno. Podemos conocer diferentes lugares, salir a cenar y disfrutar lo que queramos”*, cuenta con felicidad.
Por último, resalta: “Hoy somos muy bendecidos, gracias a Dios y a lo que aprendimos en las reuniones de prosperidad”.