Una noticia en la versión online del tabloide británico Daily Mail rápidamente llamó la atención de los internautas. Se trataba de una barbaridad ocurrida con una familia rumana que se había mudado a Francia en el 2012.
Florin Sebastian Balan, de 38 años, aparentemente tenía una vida tranquila con su esposa, Tunde Keri, de 36 años – que estaba embarazada – y sus hijos, Toni, de 5 años, y Rafael, de solo 18 meses. Sin embargo, cierto día, después de que los parientes de Tunde entraron en contacto con ella sin obtener una respuesta, decidieron ir a la casa de la pareja. En la casa, se depararon con una escena de película de terror: ella había sido asesinada con heridas en el cuello y en el pecho y a sus hijos los degollaron. ¿El responsable por el crimen? Su propio marido, Florin.
La familia de Tunde dijo que la pareja estaba junta hacía 16 años, y que ella nunca había comentado que pasaba por problemas con el marido, por eso, todos se sorprendieron y, al mismo tiempo, se horrorizaron con la tragedia. Florin fue llevado preso y confesó el homicidio. Contó que la familia fue amenazada por los acreedores, los cuales le habían prestado dinero para hacer apuestas. La policía comprobó que él debía 52 mil dólares. El historial de la adicción de Florin a los juegos de azar ya era conocido por todos los familiares, a pesar de nunca haber sido considerado como un problema. Las pérdidas eran frecuentes, sin embargo él siempre conseguía más dinero para cubrirlas.
¿A quién recurrir en momentos de angustia?
La violencia que alcanzó a esa familia sorprendió a todos, sin embargo, este no es un caso aislado. Muchas familias, en diversas partes del mundo, son víctimas de la inestabilidad emocional de uno o más de sus miembros. Las noticias en las que los hijos le quitan la vida a sus padres, o los padres asesinan a sus hijos, los padres pierden a sus hijos ante las drogas, y las familias son destruidas por diversos motivos, conquistaron grandes proporciones en los medios, mostrando que el núcleo familiar está corrompido.
Sin embargo, los problemas familiares sí pueden ser resueltos, evitando así fines trágicos como el de la familia rumana. Si Florin hubiese tratado su adicción a los juegos, ese incidente sería evitado – quizás él no supiera dónde encontrar la solución para el comportamiento compulsivo que destruyó a su familia.
Si usted también enfrenta problemas familiares, si necesita ayuda pero no sabe a quién recurrir, no espere que la situación empeore. La solución es buscar la ayuda del Señor Jesús, que es el Único que puede traer la felicidad plena y la Salvación. Encuentre la dirección de una Universal más cercana a usted en www.universal.org.ar/direcciones/ y participe de una reunión especial. Y, los miércoles, participe de la Noche de la Salvación, a las 20hs. en Universal de Av. Corrientes 4070 Almagro.
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