“El hacker ‘carita de bebé’ que paralizó a un gigante de la telefonía”, fue lo que informó el periódico británico Daily mail. El mencionado hacker y un grupo de adolescentes de varias partes de Europa atacaron el sitio de la operadora de comunicaciones británica Talk Talk. Aunque la compañía aún no sabe a cuántos de los 4 millones de clientes les fueron robados sus datos -y que están siendo vendidos en una subasta online ilegal-, se estima que al menos 150 mil usuarios fueron perjudicados.
Uno de los adolescentes detenidos (foto), de 16 años, era un muchacho muy solitario, de acuerdo con la descripción de un vecino que le contó a la policía inglesa que difícilmente lo veía en compañía de otros adolescentes. “Escuché decir que él estaba seriamente involucrado con computadoras”, afirmó.
La madre de otro adolescente, en Irlanda del Norte, se sorprendió cuando policías allanaron su casa en búsqueda de su hijo. “Ellos querían saber dónde estaba el muchacho de 15 años acusado de haber invadido una de las empresas más grandes del mundo”, contaron los vecinos. El joven, que es adicto a los videojuegos violentos desde los 10 años, tiene clases particulares en su casa, después de reiteradas suspensiones y expulsión de la escuela, pero es considerado por los vecinos como un joven tranquilo. Ninguno de ellos imaginaba que él estuviera involucrado en un fraude como este.
“Él solía estar 24 horas por día en su casa y todo el día en su habitación. Obviamente estaba haciendo otra cosa en lugar de correr con otros jóvenes de 15 años”, comentó un vecino. “Él nunca salía con otros muchachos de su edad”, afirmó un amigo de la familia.
Un mundo aparte
Con la buena intención de respetar el espacio de los hijos, algunos padres no controlan lo que sus hijos están haciendo encerrados en sus habitaciones. Para algunos niños y adolescentes, la habitación es un mundo aparte, que le da lugar a la imaginación, a fantasías y a muchas otras cosas. Puede ser que solo estén jugando, pero los padres deben estar atentos, ver siempre lo que están haciendo, y así evitar problemas futuros.
Se puede imponer límites sin quitar la privacidad. Muchos padres, tal vez por el miedo de disgustar a sus hijos, terminan por no estipular ciertas reglas. Para el obispo Renato Cardoso, que realiza las conferencias de la Transformación de padres e hijos, los hijos necesitan ciertos límites. “La madurez y la inclinación hacia el mal que todos los niños y jóvenes tienen son la receta para convertirse en desastres humanos, si se dejan sin disciplina”, aconseja. “Por lo tanto, ambos padres deben actuar en conjunto para determinar ciertos límites y reglas a sus hijos, comunicarles bien estas reglas y no tener miedo de aplicarlas. Y recordar siempre que el objetivo es protegerlos del mundo y de ellos mismos, pero no exagerar en la dureza ni en el rigor”.
Si usted está enfrentando problemas con sus hijos, acérquese a la Universal más cercana a su domicilio.
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