http://youtu.be/tA5504nFYlY
¿Por qué no sucede la diferencia de vida prometida por Dios en la vida de muchos creyentes?
Son muchas las razones, sin embargo, la más acentuada se debe el hecho de que los que creen se queden esperando que las promesas caigan del cielo.
¡Esta es la mayor razón de la falta de diferencia!
Dios separó a Abraham para hacer la diferencia entre él y sus contemporáneos.
A su vez, Abraham no se quedó parado o esperando que las cosas sucedieran naturalmente.
Al contrario, él actuó, obedeció y perseveró en seguir Aquella Voz, aquella dirección.
Dios no nos ha llamado sólo para que creamos en Su Palabra, sino, sobre todo, para que tomemos posesión de las promesas y hagamos la diferencia en este mundo.
No sólo buscar la diferencia, sino ser la diferencia en el día a día.
¿Qué hace una persona cuando llega a la edad de la jubilación?
¿Espera que el gobierno golpee su puerta y la premie con sus derechos?
No. Ella sabe que el gobierno jamás hará eso, a pesar de saber que tiene sus derechos…
¿Cuál es su actitud?
Ella persigue al gobierno con sus requerimientos, etc.
Después cumplir con el papeleo requerido, entonces el gobierno es obligado a atender sus derechos.
Lo mismo sucede delante de Dios. La persona tiene perseguirlo…
Si no fuera necesario luchar y tomar posesión de las promesas Divinas, no habría necesidad de oración, clamor, vigilias y ayunos.
Cuando el abogado se presenta delante de un juez, en defensa de su cliente, no quiere saber si el juez gusta o no de él, o del cliente.
Él sabe perfectamente que el juez tiene que cumplir lo que está escrito en la Ley.
Lo mismo también se aplica en relación a las promesas de Dios.
No importa si merecemos o no.
Si presentamos fe, nos volvemos merecedores de las promesas.
Jesús dijo: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos.” Mateo 18:19
Por favor, mediten en esta Palabra.
Cárguenla dentro de la mente y del corazón todos los días, o por lo menos, hasta este Domingo.
¡Y tomen posesión de la diferencia prometida!
En el Nombre del Amén, ¡amén!