Evaluá bien tus alternativas para tomar siempre la mejor decisión
Muchos hombres se ponen nerviosos cuando se les cuestiona sobre los desaciertos en sus vidas. Varios se quejan de la falta de oportunidades y de las limitaciones económicas y sociales, y de qué manera estas terminan en falta de perspectivas para ellos. Suelen apoyarse en estos motivos para justificar sus frecuentes fracasos, ignorando que sus elecciones son determinantes para el nivel en el que se encuentran hoy en día. Sí, una elección equivocada puede generar un fracaso tras otro, más aún si las decisiones incorrectas se repiten continuamente.
Este es uno de los principales errores de muchos hombres. La vida cambia por las decisiones que tomás, tanto para bien como para mal. Si no tomás buenas decisiones, olvidate de la posibilidad de tener una vida mejor. Tenés que tomar las decisiones correctas. No importa si sos rico o pobre, no importa de dónde venís, si venís de una familia noble o de una familia desestructurada, vos sos el responsable de esas decisiones. Nadie más, ni siquiera Dios, es responsable de lo que decidís.
Y ahí está el gran problema: pocos reconocen, o peor aún, asumen que tomaron decisiones equivocadas. Y es aún menor el número de quienes actúan para cambiar sus hábitos perjudiciales. Un viejo refrán popular dice: “Errar es humano, pero persistir en el error es necedad”. Aun así, hay quienes siguen en esa actitud, justificando, cuando se les cuestiona, que por ser hombres pueden actuar de esa manera y que eso está de acuerdo con sus características. Grave error.
La verdad es que estos hombres no son capaces de darse cuenta de cuántos disgustos podrían evitar si actuaran de otra manera. A muchos les falta orientación para tomar sus decisiones. No buscan a personas con más experiencia para pedirles consejo antes de decidir y, muchas veces, no tienen a quién recurrir. Al dejar que la vida les muestre el camino, terminan involucrándose con el crimen, la corrupción y la traición, entre otros males que los llevan al fracaso.
La buena noticia es que hay una solución para esto. Basta con tomar una buena decisión, la que será determinante para sacarlos del camino del fracaso: hacer una Alianza con Dios. La Biblia habla de cómo Dios actúa a partir de ahí, en Salmos 32:8:
“Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti”. Salmos 32:8
El cambio es válido incluso para los hombres más obstinados y tercos, aquellos que suelen justificar sus acciones por su historial familiar.
Por eso, evaluá las decisiones que tomaste. No tenés que repetir los mismos errores que ya cometiste o que viste cometer a otros. Abandoná lo que te lleva al mal (incluyendo amistades). Dios, como Padre misericordioso que es, siempre está con los brazos abiertos para acogerte, siempre y cuando seas lo suficientemente inteligente para percibirlo y tomar la decisión más acertada de tu vida.
Intellimen
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