¿Ya tuvo una experiencia con los chismes y sufrió consecuencias vergonzosas? Cuando alguien es sabio y vigila constantemente, será difícil que entre nuevamente en este tipo de conversaciones. Sin embargo, desafortunadamente, muchos no aprenden la lección.
El chisme es un mal hábito que mancha la reputación del que lo practica. ¿Quién quiere ser amigo de alguien que habla sin filtros y desea saberlo todo?
El gran problema del chismoso es que termina por decepcionar y lastimar a los demás, generalmente, a las personas más cercanas.
¿Lo que dice lo condena?
“… Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.” Mateo 12:34-35
Todo lo que la persona dice lo hace de acuerdo con el estado de su corazón. Si hace comentarios maliciosos y sus conversaciones la hacen tropezar, eso significa que su interior no está bien. Cuando no se piensa antes de hablar, hay más oportunidades de expresar contenidos que no edificarán a nadie. Al contrario, será una “artillería pesada” para el que lo escucha, basada en palabras negativas y de dudas.
Que el silencio sea su aliado
Si las conversaciones entran en “modo chisme”, huya de ellas y póngase en “modo silencioso”. Esta actitud hará que usted crezca espiritualmente.
“El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.” Proverbios 21:23.
Al contrario de lo que el mundo piensa, el silencio puede ser nuestro aliado. Cuando la lengua se somete al Espíritu somos más prudentes y tenemos paz. ¡Es así de simple!
Disfrute una vida con menos problemas, menos estrés y más tranquilidad. Ignore los chismes y opte por el silencio.